colocación de fertilizantes en un campo destinado al cultivo de soja es tecnología dura o blanda?
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Erdaaa de la 5 de la mujer Dios te bendiga querida
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Fertilización Nitrogenada
El nitrógeno es el principal nutrimento limitante de la producción de la mayoría de los cultivos y motiva por ello continuas investigaciones relacionadas con el conocimiento de la evolución con diferentes manejos de suelo, sistemas de labranzas, períodos de barbecho, abonos verdes, fertilización, aportes de lluvias y del procedente por la fijación simbiótica y asimbiótica del N del aire.
Autores citan aportes de N fijado biológicamente entre el 30-42% del total absorbido por la soja, estimando una cantidad de 100 Kg./ha bajo condiciones optimas para las mejores cepas y de 60 para las menos eficientes.
Existen trabajos que muestran a la soja como un cultivo muy eficiente en la utilización del nitrógeno disponible del suelo (N-NO3) en profundidad, proveniente de la mineralización de la materia orgánica o del fertilizante, reduciendo considerablemente las pérdidas por lixiviación.
En suelos con contenidos muy bajos de materia orgánica o nitrógeno total es de fundamental importancia conocer la tasa de mineralización para estimar cuanto puede estar disponible para el cultivo. A este debemos agregar el que ya se encuentra disponible a efectos de evaluar la oferta del suelo
El agregado de fertilizante en suelos con muy baja fertilidad no afectaría en absoluto la fijación del nitrógeno atmosférico pues estaría suministrado la parte que debería aportar naturalmente el suelo. Por el contrario en situaciones de alta fertilidad de suelo con el agregado de altas cantidades de fertilizantes (superiores a 200 Kg. de nitrógeno por hectárea) podría disminuirse la fijación simbiótica.
Fertilización Fosfatada
El uso intensivo de los suelos en la región pampeana de la Argentina producto de la necesidad de aumentar la rentabilidad de las empresas agropecuarias tuvo consecuencias desfavorables sobre los niveles de productividad de los suelos y de los cultivos. El análisis de suelos es una de las principales herramientas para los técnicos y productores para la determinación del elemento que es requerido para lograr los máximos rendimientos.
Los niveles críticos de fósforo en el suelo se podrían establecer en valores cercanos a los 15 ppm de fósforo disponible. La forma de colocación del fertilizante influye marcadamente en la eficiencia del fertilizante y en los rendimientos. La aplicación y en bandas al costado y por debajo de la línea de siembra normalmente constituye la forma más eficiente, especialmente ante problemas de pH o fijación por parte de las arcillas. La incorporación al voleo elimina la posibilidad de daño por parte del fertilizante hacia la semilla cuando se trate con productos que tengan también nitrógeno.
Es importante recordar que debido a la baja movilidad que presenta el fósforo en el suelo (similar actitud presenta el potasio) aplicaciones superficiales son muy ineficientes y no son recomendadas.
En nuestro país los fertilizantes de mayor difusión son los granulados, siendo muy incipiente el uso de los líquidos, estos últimos deberían ser incorporados en el suelo con los sistemas similares a los utilizados por el amoniaco anhidro (10-12 cm) a los efectos de lograr el máximo rendimiento.
En aquellas situaciones con muy bajo contenido de fósforo y que se desea implantar el sistema de siembra directa, será necesario primero elevar los contenidos de fósforo del suelo por aplicación al voleo o incorporada, para luego iniciar la siembra directa con aplicaciones en cada cultivo.
Por ultimo, un mayor contenido de fósforo determina mayor nodulación y ambos originan un aumento de los rendimientos de soja.
Encalado
Este problema constituye la principal limitante para el crecimiento de las plantas en suelos tropicales y subtropicales. Su efecto esta caracterizado por la solubilización de grandes cantidades de elementos tóxicos para las plantas como son el aluminio, manganeso y hierro. Además tienen un efecto sobre la disponibilidad de nutrientes que representan una mayor solubilidad en pH cercanos a 6,5 y sobre la vida microbiana.
En estos suelos es necesaria su corrección a los efectos de poder cultivar la soja. En la actualidad existen investigaciones relacionadas a la obtención de variedades adaptadas a estos suelos con resultados promisorios.