coclucion de la participación ciudadana
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El reconocimiento de las diferencias de cada colectivo es esencial para el proceso democrático y para la ciudadanía y se dio en gran medida por la organización de las personas en movimientos civiles y por su participación activa en la construcción de la ciudadanía.
Se miramos ampliamente a lo largo de la historia de las sociedades, podemos sin duda reconocer que muchas e importantes conquistas y redefiniciones de derechos se han dado en la construcción de ésta sociedad que queremos cada vez más incluyente. Pero, no hablamos sólo de la actuación de los grandes movimientos sociales visibles, reconocidos e inscriptos en los diferentes medios de comunicación. La ciudadanía viene siendo construida también desde muchos otros ámbitos, más íntimos y menos masivos.
La ciudadanía viene siendo construida en nuestros cuerpos, en la forma como vivimos nuestro cuerpo físico, como construimos nuestras imágenes de Ser, de ser hombre o ser mujer, con la forma como se construyen y viven los cuerpos en la sociedad, en la intimidad, en las relaciones.
La ciudadanía viene siendo construida en nuestras tradiciones, en nuestra posibilidad de practicarlas, renegarlas o transformarlas. Viene siendo construida en nuestros movimientos y desplazamientos, que por veces nos llevan muy lejos, geográfica y emocionalmente, de nuestros sitios de origen. Solos, solas, o en compañía de familiares, amigos, conocidos, empleadores, tenemos que aprender cómo se vive y se construye la ciudadanía en los nuevos países, ciudades y barrios a los que llegamos, tenemos de reconocer la ciudadanía que trajimos y reaprender una nueva con los otros y otras con que ahora habitamos.
La ciudadanía acontece en la escuela, en la casa, en nuestro tiempo libre, en la vida política, en nuestra vida con los otros y las otras. Acontece también en nuestras relaciones de género, en cómo vivimos y convivimos con la diversidad de las personas que nos rodean, acontece en nosotros y nosotras, ya sea solos/as u organizados en los diversos grupos en que estamos insertados.
La ciudadanía no es nunca una forma acabada de vivir en sociedad, se actualiza constantemente, se viene transformando constantemente a lo largo de los últimos años, décadas, siglos. Y seguirá transformándose, pues a pesar de las herencias que guarda, no es un destino, es una construcción que nos implica a todos y a todas, ya sea separando la basura, disfrutando de licencias de paternidad y maternidad, participando en las fiestas mayores del barrio, no siendo indiferente a la discriminación de una persona, ejerciendo el derecho al voto, participando en movimientos sociales, etc.
La participación ciudadana es fundamental para que sigamos construyendo ciudadanías cada vez más incluyentes, y por eso necesitamos que no sea condicionada por factores de género, de clase, de origen, de pertenencia étnica o geográfica, de orientación sexual.
Para construir una ciudadanía equitativa tenemos que reconocer las diferencias y redistribuir la riqueza de una forma equitativa, promoviendo mecanismos que promuevan la participación de los grupos que a ella no tienen acceso. La ciudadanía no es un aprendizaje natural o genética de los seres humanos, necesitamos construirla, aprenderla, adaptarla, integrarla.
En este sentido, entendemos que el sistema educativo tiene una fuerte tarea en la educación para la ciudadanía, pero somos concientes que esta cruza todos los ámbitos de nuestra vida, pues es un conjunto de acciones y de prácticas educativas orientadas a la transformación de nuestros valores y actitudes, nuestras formas de pensar, nuestras acciones y nuestras formas de relacionarnos con los otros y otras, para contribuir a la justicia, a la equidad social, a la conservación de los ecosistemas y al respeto de los Derechos Humanos en nuestro entorno inmediato o en cualquier lugar del planeta.
Explicación:
todo eso te ayudará