Salud, pregunta formulada por MatiFresco, hace 9 meses

cita tratamientos de una persona con anorexia ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por holavebedoya
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Respuesta:

Los objetivos globales del tratamiento son la corrección de la malnutrición y los trastornos psíquicos del paciente.

En primer lugar se intenta conseguir un rápido aumento de peso y la recuperación de los hábitos alimenticios, ya que pueden implicar un mayor riesgo de muerte. Pero una recuperación total del peso corporal no es sinónimo de curación. La anorexia es una enfermedad psiquiátrica y debe tratarse como tal. El tratamiento debe basarse en tres aspectos:

Detección precoz de la enfermedad: conocimiento de los síntomas por parte de los médicos de atención primaria y de los protocolos que fijan los criterios que el médico debe observar.

Coordinación entre los servicios sanitarios implicados: psiquiatría, endocrinología y pediatría.

Seguimiento ambulatorio una vez que el paciente ha sido dado de alta, con visitas regulares.

Sólo el 50 por ciento de los enfermos en tratamiento consigue mejorar, mientras que en el 30 por ciento la enfermedad se cronifica y el 20 por ciento restante empeora o muere. Normalmente pasan cuatro o cinco años desde el momento en el que el anoréxico asume su enfermedad hasta que se recupera.

El tratamiento debe ser individualizado porque los factores que influyen en cada paciente son distintos y en algunos prevalece la denominada 'adición al hambre': el propio cuerpo, acostumbrado a la inanición, les pide seguir ayunando. En ocasiones es recomendable el aislamiento del entorno familiar.

¿En qué se diferencia de la bulimia?

La bulimia también implica un control del peso o una pérdida autoinducida del mismo y miedo a engordar. Pero en esta

enfermedad se manifiesta un deseo incontrolable de comer. Estos enfermos recurren a la sobreingesta de alimentos o atracones para combatir la ansiedad, pero es tal el remordimiento y el terror a engordar que se provocan vómitos, por lo que establecen un ciclo que consiste en comer y vomitar. También recurren a purgantes, como diuréticos y laxantes. No se manifiesta una pérdida de peso evidente, incluso algunas personas que sufren esta enfermedad son obesas.

Las hospitalizaciones suelen ser prolongadas, lo que supone una desconexión del entorno que puede perjudicar el desarrollo normal del adolescente. Por ello son aconsejables, siempre que se pueda, los tratamientos ambulatorios. El ingreso en un centro médico es necesario cuando la desnutrición es muy grave y hay alteraciones en los signos vitales; cuando las relaciones familiares son insostenibles y es mejor aislar al paciente; y cuando se agravan los desórdenes psíquicos.

El tratamiento ambulatorio es eficaz cuando se detecta de manera precoz; no hay episodios de bulimia ni vómitos; y existe un compromiso familiar de cooperación. De esta manera se inicia el tratamiento con la realimentación, que en ocasiones puede provocar molestias digestivas, ya que el cuerpo no está acostumbrado a ingerir alimentos. Con el tiempo se restablece la situación biológica y vuelve la menstruación.

Después comienza el tratamiento psicológico, que intenta reestructurar las ideas racionales, eliminar la percepción errónea del cuerpo, mejorar la autoestima, y desarrollar las habilidades sociales y comunicativas entre el enfermo y su entorno. La familia debe tomar parte de manera activa en el tratamiento porque en ocasiones el factor desencadenante de la enfermedad se encuentra en su seno y, además, la recuperación se prolonga inevitablemente en el hogar.

¿Cuáles son las consecuencias clínicas?

Las pulsaciones cardiacas se reducen.

Se producen arritmias que pueden derivar en un paro cardiaco.

Baja la presión arterial.

Desaparece la menstruación en las mujeres (amenorrea).

Disminuye la masa ósea y, en los casos muy tempranos, se frena la velocidad de crecimiento.

Disminución de la motilidad intestinal.

Anemia.

Aparece un vello fino y largo, llamado lanudo, en la espalda, los antebrazos, los muslos, el cuello y las mejillas.

Estreñimiento crónico.

La disminución del gasto energético produce una sensación constante de frío.

La piel se deshidrata, se seca y se agrieta.

Coloración amarillenta en las palmas de las manos y las plantas de los pies por la acumulación de carótenos en las glándulas sebáceas.

Las uñas se quiebran.

Pérdida de cabello.

Problemas con los dientes y edemas periféricos.Hinchazones

 


MatiFresco: dije cita, pero bueno
holavebedoya: jajajjaa
holavebedoya: Perdon Enton
MatiFresco: gracias igualmente
holavebedoya: oki
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