Cinco razones por las cuales los Latinoamericanos han migrado a América
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Desde fines de siglo XIX hasta nuestros días se pueden identificar cuatro momentos significativos sobre el fenómeno migratorio en América Latina y el Caribe: el primero se vincula con las migraciones transoceánicas; el segundo, con las migraciones internas, producto de la crisis económica en las décadas de 1930 y 1940; un tercero, con las transfronterizas; y un cuarto, con las que se producen con la globalización, objeto de este trabajo.
La primera, desde fines de siglo XIX hasta mediados del XX, movilizó a 55 millones de europeos aproximadamente y actuó como válvula de escape, posibilitando la organización o reorganización de los estados europeos. La segunda, consecuencia de la crisis económica de 1930, afectó al ámbito rural, generando una migración del campo a las ciudades. La tercera, producto de conflictos políticos, económicos y sociales, generó una migración entre países fronterizos desde la década de 1960. La cuarta se produce en las últimas dos décadas del siglo XX hasta la actualidad y, según algunas estimaciones, ha movilizado en todo el mundo a más de 150 millones de personas que actualmente no residen en su país de origen. Según la Cepal (2004), para el año 2000 vivían fuera de sus países de origen 20 millones de latinoamericanos.
La paradoja actual reside en que la globalización debe, hipotéticamente, homogeneizar el mercado planetario, en el cual existe una profunda desigualdad estructural. Pero en donde realmente se constituye la globalización es en el imaginario social, constituido a partir del poder de la industria cultural. Es decir, todo habitante del planeta debe tener acceso a la pantalla del televisor, porque éste lo iguala, lo informa, mas allá de su nivel cultural, social o económico, sepa o no leer y escribir. Eso lo convierte en un potencial consumidor y también lo obliga, compulsivamente, a buscar la forma de consumir. En los inmensos territorios periféricos de la globalización, las desigualdades cada vez son más profundas, y la exclusión aumenta en todos los niveles.
Desde esta perspectiva, el académico y economista francés, Destanne de Bernis, en una entrevista que le hicieron hace unos años atrás, desarrolló un argumento inquietante. Sostuvo que la desigualdad y las penurias regionales, que caracterizan al actual capitalismo tardío, no son sólo un periodo de ajuste, como lo afirman los economistas neoliberales; por el contrario, son indicadores de que el modelo está bloqueado definitivamente en su expansión, que el mismo está en descomposición, lenta pero irreversiblemente.
Además, afirmó, existe un factor sintomático de esta situación que puede acelerar el colapso, el flujo migratorio. La migración es, para los 5 000 millones de excluidos, cada vez más informados de su exclusión, la única posibilidad de incorporación al mundo del consumo, socializado universalmente a través de los medios de comunicación de masas. La violencia, producto de la pugna entre los masivos invasores y los 700 millones de consumidores, parece multiplicar progresivamente sus explosiones moleculares a nivel planetario.
En este contexto, nos interesa abordar las causas, consecuencias, efecto e impacto de los movimientos migratorios latinoamericanos en este nuevo siglo.
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