cinco comparaciones de los años 90 y los años 80 porfa. Es para hoy
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. El zapping
Sí, el Un, dos, tres y La bola de cristal marcaron época, pero ¿acaso se podía ver otra cosa? El nacimiento de las televisiones privadas trajo joyas como El juego de la oca o ¿Qué apostamos? que, además, se elegían. "En los 90 uno era de Xuxa, en Telecinco, o de Teresa Rabal, en Antena3. Eras tú quien escogía qué querías ver, no la tele quien escogía por ti".
Por cierto que Xuxa, para quienes se pregunten qué fue de ella, ha seguido haciendo lo mismo en la televisión brasileña hasta el año pasado. Con sus coletas, sus hombreras y su gracejo.
2. Los presentadores cantantes
Como auténticos hombres y mujeres del Renacimiento, los presentadores de los 90 no sólo eran guapos, graciosos y encantadores -"la era de los pibones florero y los cuñados perfectos, todos clónicos", la llama Medianoche- sino que, encima, cantaban. Míriam Díaz-Aroca se ponía en la piel de una tal Marta que estaba enamorada de Miguel Bosé, Beatriz Rico versionaba a los Beatles y Leticia Sabater era la vecina pícara... que parece que sigue siendo.
Pero la cosa va más allá, porque igual no lo recuerdas, pero la pareja noventera por antonomasia, Ana Obregón y Ramón García, cantaban a dúo la banda sonora de La vuelta ciclista a España de 1996. No hemos encontrado más testimonio sonoro que este megamix (muy nineties, el término, por cierto)
3. La primera (y última) incursión cinematográfica de Marta Sánchez
"Espantosa". Aquí empieza y termina la crítica de Mike Medianoche a Supernova, la primera y ¹única película protagonizada por Marta Sánchez en 1992. La cantante atribuyó el apabullante fracaso de esta comedia futurista a la falta de ensayos. "No había dios que levantara ese guión, ni Spielberg", sentencia Medianoche.
Fuera como fuese, y sin Twitter de por medio -pobrecica mía si la lía así ahora...- el título fue mutando hasta que su cara B fue más conocida aún que la original: Superboba. El tráiler explica el resto.
4. La época dorada de los juegos de mesa
Tabú, Pictionary, Scatergories... Los grandes juegos familiares extranjeros se colaron en los salones españoles y dieron para el pelo al parchís y a la brisca. "Me encantaba aquél anuncio del Party&Co en el que un hombre acababa subido encima de una mesa con la corbata en la cabeza. Me pasé toda mi infancia intentando descubrir en qué momento del juego se daba pie a tal escena", confiesa.
5. La música poligonera
Igual que decir ochentas es decir Movida Madrileña, decir noventas es decir ruta del bacalao. Sin esta década denostada, no habríamos elegido esta sí, esta no con Chimo Bayo ni habríamos conocido a Johnny Techno Ska de mano de Paco Pil.
¿Y qué decir de aquella experiencia religiosa del clan Iglesias, que tantas alegrías nos sigue dando? Y ríete tú de Fangoria, ja.