Religión, pregunta formulada por catacr0310, hace 7 meses

Cierto dia estaban dos niños jugando en el campo y se encontraron con un hormiga que tenia una patica herida, la hormiga estaba caminando mali dos niños tomaron la hormiga y trataron de curarla, pero no pudieron. Uno de los niños dijo para nosotros poder ayudar esta hormiga tenemos que hacernos pequeños como ella es mejor que la sottemos y la dejemos y aunque no conocemos a Dios. El se manifiesta por medio de la palabra hecha carne que es Jesucristo. Asi mismo la fe es algo que nos permite sentir su presencia y el inmenso amor que él nos tiene.
De acuerdo a lo leído y comprendido deberás describir las características de la hormiguita y las similitudes y diferencias de tu vida con esta.​

Respuestas a la pregunta

Contestado por kiko6509
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Respuesta:

La fábula de “La cigarra y la hormiga” es una de esas historias que merece la pena compartir con los más pequeños de casa. Su autoría se le atribuye a Esopo, pero más tarde fue recreada por Jean de La Fontaine y Félix María Samaniego. La fábula cuenta la historia de una cigarra que pasa todo el verano cantando mientras la hormiga trabajaba intensamente para recopilar provisiones para el invierno. Un cuento que versa sobre la importancia de la previsión y el esfuerzo que, sin duda, viene como anillo al dedo para reflexionar sobre este tema con los niños.

Contestado por landaidaedgar905
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Respuesta:

La fábula de “La cigarra y la hormiga” es una de esas historias que merece la pena compartir con los más pequeños de casa. Su autoría se le atribuye a Esopo, pero más tarde fue recreada por Jean de La Fontaine y Félix María Samaniego. La fábula cuenta la historia de una cigarra que pasa todo el verano cantando mientras la hormiga trabajaba intensamente para recopilar provisiones para el invierno. Un cuento que versa sobre la importancia de la previsión y el esfuerzo que, sin duda, viene como anillo al dedo para reflexionar sobre este tema con los niños.

La fábula “La cigarra y la hormiga”

Era un verano muy caluroso, probablemente uno de los más calientes de las últimas décadas.  Quizá por eso, la cigarra decidió dedicar las horas del día a cantar alegremente debajo de un árbol. No tenía ganas de trabajar, solo le apetecía disfrutar de sol y cantar, cantar y cantar. De manera que así pasaba sus días, uno tras otro.

Uno de esos días pasó por allí una hormiga que llevaba a cuestas un grano de trigo muy grande, tan grande que apenas podía sostenerlo sobre su espalda. Al verla, la cigarra se burló de ella y le dijo:

– ¿Adónde vas con tanto peso? ¡Con el buen día que hace y con tanto calor! Se está mucho mejor aquí, a la sombra, cantando y jugando. ¿Acaso no quieres divertirte?, se rió la cigarra.

La hormiga se detuvo y miró a la cigarra, pero prefirió hacer caso omiso de sus comentarios y continuar su camino en silencio y fatigada por el esfuerzo. Así, pasó todo el verano, trabajando y almacenando provisiones para el invierno. Y cada vez que veía a la cigarra, ésta se reía y le cantaba alguna canción de aires burlones:

– ¡Qué risa me dan las hormigas cuando van a trabajar! ¡Qué risa me dan las hormigas porque no pueden jugar!

Así pasó el verano y las temperaturas empezaron a bajar. En ese momento, la hormiga dejó de trabajar y se metió en su hormiguero, donde se encontraba calentita y tenía comida suficiente para pasar todo el invierno. Entonces, se dedicó a jugar y cantar.

Sin embargo, el invierno encontró a la cigarra debajo del mismo árbol, sin casa y sin comida. No tenía nada para comer y estaba helada de frío. Fue entonces cuando se acordó de la hormiga y fue a llamar a su puerta.

– Amiga hormiga, sé que tienes provisiones de sobra. ¿Puedes darme algo de comer y te lo devolveré cuando pueda?

La hormiga le abrió la puerta y le respondió enfadada:

– ¿Crees que voy a darte la comida que tanto me costó reunir? ¿Qué has hecho holgazana durante todo el verano?

– Ya lo sabes, le respondió apenada la cigarra. A todo el que pasaba, yo le cantaba.

– Pues ahora, yo como tú puedo cantar: ¡Qué risa me dan las hormigas cuando van a trabajar! ¡Qué risa me dan las hormigas porque no pueden jugar!

Y dicho esto, le cerró la puerta a la cigarra. A partir de entonces, la cigarra aprendió a no reírse del trabajo de los demás y a esforzarse por conseguir lo que necesitaba.

Moraleja: Para disfrutar, primero hay que trabajar

Explicación:

esa es la fabula sigueme para mas respuestas


landaidaedgar905: si tiene que ver y mucho
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