Matemáticas, pregunta formulada por brunf64, hace 1 mes

Cierta cantidad de hombres realizan una obra en 20 días, trabajando una cantidad constante de horas al día. Cuántos días se hubiera tardado en hacer ¼/4 del trabajo, duplicando la cantidad de hombres, si se disminuyen las horas de trabajo diario en 3/8 y las dificultades fueran el doble?.​

Respuestas a la pregunta

Contestado por jimenadomcruz08
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Respuesta:

JORNADA LABORAL

1. Los límites de la jornada laboral

Partíamos del supuesto de que la fuerza de trabajo se compra y se vende a su valor. Tal valor, como el de cualquier otra mercancía, se determina por el tiempo de trabajo necesario para su producción. Por consiguiente, si la producción de los medios de subsistencia que cada día consume el obrero, término medio, requiere 6 horas, éste habrá de trabajar 6 horas por día, de promedio, para producir diariamente su fuerza de trabajo o reproducir el valor obtenido mediante la venta de la misma. La parte necesaria de su jornada laboral asciende entonces a 6 horas, y por ende, permaneciendo incambiadas las demás circunstancias, es una magnitud dada. Pero con esto no está todavía dada la extensión de la jornada laboral misma.

Supongamos que la línea a b representa la duración o extensión del tiempo de trabajo necesario, digamos 6 horas. Según se prolongue el trabajo más allá de a b en 1, 3 ó 6 horas, obtendremos las tres líneas siguientes,

Jornada laboral I Jornada laboral II

a b c a b c

Jornada laboral III

a b c,

que representan tres jornadas laborales diferentes, de 7, 9 y 12 horas. La línea de prolongación b c representa la [278] extensión del plustrabajo. Como la jornada laboral es = a b + b c, o sea a c, varía con la magnitud variable b c. Como a b está dada, siempre es posible medir la proporción entre b c y a b. En la jornada laboral I equivale a 1/6, en la jornada laboral II a 3/6 y en la jornada laboral III a 6/6 de a b. Además, como la proporción

tiempo de plustrabajo

tiempo de trabajo necesario

determina la tasa del plusvalor, dicha tasa se halla dada por aquella relación. En las tres distintas jornadas laborales asciende, respectivamente, a 16 2/3, 50 y 100 %. La tasa del plusvalor, en cambio, por si sola no nos da la magnitud de la jornada laboral. Si fuera, por ejemplo, igual a 100 %, la jornada laboral podría ser de 8, 10, 2 horas, etc. Indicaría que las dos partes constitutivas de la jornada laboral, el trabajo necesario y el plustrabajo, son equivalentes, pero no nos revelaría la magnitud de cada una de esas partes.

La jornada laboral no es, por tanto, una magnitud constante sino variable. Una de sus partes, ciertamente, se halla determinada por el tiempo de trabajo requerido para la reproducción constante del obrero mismo, pero su magnitud global varía con la extensión o duración del plustrabajo. Por consiguiente, la jornada laboral es determinable, pero en sí y para sí indeterminada [1].

Ahora bien, aunque la jornada laboral no sea una magnitud constante sino fluente, sólo puede variar, por otra parte, dentro de ciertos límites. Su límite mínimo es indeterminable, sin embargo. Es cierto que si fijamos la línea de prolongación b c, o plustrabajo, en 0, obtendremos un límite mínimo, esto es, la parte de la jornada que el obrero tiene necesariamente que trabajar para la subsistencia de sí mismo. Pero sobre la base del modo de producción capitalista el trabajo necesario no puede ser sino una parte de la jornada laboral del obrero, y ésta nunca puede reducirse a ese mínimo. La jornada laboral, por el contrario, posee un límite máximo. No es [279] prolongable más allá de determinada linde. Ese límite máximo está determinado de dos maneras. De una parte, por la barrera física de la fuerza de trabajo. Durante el día natural de 24 horas un hombre sólo puede gastar una cantidad determinada de fuerza vital. Así, de manera análoga, un caballo sólo puede trabajar, promedialmente, 8 horas diarias. Durante una parte del día la fuerza debe reposar, dormir, mientras que durante otra parte del día el hombre tiene que satisfacer otras necesidades físicas, alimentarse, asearse, vestirse, etc. Aparte ese límite puramente físico, la prolongación de la jornada laboral tropieza con barreras morales. El hombre necesita tiempo para la satisfacción de necesidades espirituales y sociales, cuya amplitud y número dependen del nivel alcanzado en general por la civilización. La variación de la jornada laboral oscila pues dentro de límites físicos y sociales. Unos y otros son, sin embargo, de naturaleza muy elástica y permiten la libertad de movimientos. Encontramos, así, jornadas laborales de 8, 10, 12, 14, 16, 18 horas, o sea de las extensiones más disímiles.

El capitalista ha comprado la fuerza de trabajo por su valor diario. Le pertenece el valor de uso de la misma durante una jornada laboral. Ha obtenido el derecho, pues, de hacer que el obrero trabaje para él durante un día. ¿Pero qué es una jornada laboral? [2] 3. En todo caso, menos de un día natural de vida. ¿Y cuánto menos? El capitalista tiene su opinión sobre esa última Thule 4, el límite necesario de la jornada laboral. Como capitalista, no es más que capital personificado.

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