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Elabora un ensayo sobre la condena y muerte de Sócrates
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Ensayo sobre la condena y muerte de Sócrates.
Sócrates, a diferencia de los hombres de su época, no se tenía por sabio sino más bien por ignorante, y a partir de esa conciencia de su propia ignorancia avanzaba sobre el camino de la investigación, la reflexión y el conocimiento, mientras que los sabios de su época, creyéndose tales, ya no buscaban saber más y actuaban únicamente animados por un instinto o «ciertos movimientos de la naturaleza», sin comprender sus propios actos ni sus motivos.
Este personaje atemporal no escribió ningún libro, tampoco fundó ninguna escuela pero contó con un buen número de discípulos y es admirado como modelo para una vida superior ya que enseñaba a practicar la virtud, la justicia y la honradez. A diferencia de los políticos de su tiempo que manejaban los asuntos del Estado sin saber qué era el Bien, los poetas escribían sin saber qué era la Verdad y los artistas nunca se habían preguntado cómo acercarse a la Belleza. Con todo, políticos, poetas y artistas estaban convencidos de que eran sabios y actuaban como tal. No será la primera vez que ocurre dentro del PHI una cohesión en el tiempo, que separa hechos de siglos atrás y encajarlos en la actualidad.
Sócrates quiso entonces mostrarle a esos personajes eminentes la ignorancia en la que vivían, pero dicha resolución le valió la enemistad y el odio de éstos; eventualmente también precipitó su condena a muerte por los tribunales atenienses. Sin embargo, el filósofo con valor acepta su condena y sirviéndose de su propio final, evoca una última lección a sus discípulos que con el auxilio de pinturas como la del francés Jacques-Louis David (1787) logramos entender el modelo de hombre que constituye un hito en la historia, que se muestra casi sosteniendo una copa de cicuta en una mano, rodeado de la pena, del amor y del respeto de los suyos, bajo una privilegiada conciencia de quien termina señalando con su vida y su muerte, el camino al cielo.
Cuando el jurado de Atenas condenó a muerte a Sócrates en lugar de darle un premio, su esposa corrió a la prisión en apuros, gritando: "Sócrates, los jueces te condenaron a muerte". El filósofo respondió con calma: "Ellos también están condenados".
La mujer insistió en su desesperación: "¡Pero es una condena injusta!", Y él preguntó: "¿Preferirías que fuera justa?"
La serenidad de Sócrates fue producto de un proceso educativo: Educación para la muerte.
Es curioso notar que en nuestro tiempo sólo nos ocupamos de la educación para la Vida.
Olvidamos que vivimos para morir. La muerte es nuestro final inevitable. Sin embargo, generalmente llegamos sin ninguna preparación.
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