causas y consecuencias de la caída del imperio incaico
Respuestas a la pregunta
CAUSAS DE LA CAÍDA DEL IMPERIO INCAICO
El imperio incaico era muy poderoso antes de la llegada de los españoles, erarico en oro, plata y piedras preciosas en general. Fueron esas riquezas las quelos españoles anhelaban y deseaban a como dé lugar.
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Francisco Pizarro, al llegar a Tumbes, encontró una ciudad destruida ysaqueada, donde le informaron que todo ello fue a causa de la guerracivil entre Huáscar y Atahualpa. El Tahuantinsuyo se encontradadividido en dos bandos irreconciliables, y este hecho fue fundamentalpara Pizarro pues se unió a los huascaristas para enfrentar a losatahualpistas.
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Otro factor que aceleró la destrucción del Tahuantinsuyo fue larebelión de muchas etnias andinas, que no aceptaban continuarsometidas a los incas y se unieron a los españoles para destruirlos. Porúltimo, el armamento que trajeron los cristianos, era muy superior alde los indígenas.
PUNTO DE VISTA SOBRE LA INVASIÓN ESPAÑOLA
En cierto sentido es parte de la "leyenda Negra" que los españoles masacrarony robaron, pero no fueron los únicos; el tema es que la enfatizaron las demáspotencias con el fin de legitimas su posesión de diferentes tierras.La historia no es buena ni mala, hay que contarla: pero parte de la misma esutilizada políticamente y es subjetiva. No se puede cambiar lo que losespañoles hicieron -como otros- sin embargo estamos juzgando los hechos a laluz del siglo XXI en ese momento el espíritu de conquista española llevo a quemuchos utilizaran esa mentalidad, por otro lado los indígenas no eran mássalvajes o no estaban en diferentes etapas culturales aunque muchas seperdieron tras la conquista.
TÚPAC AMARU II
La sublevación del mestizo José Gabriel Condorcanqui, quienprotestaba contra las injusticias de los corregidores y reclamaba parasí el título de Inca heredado de una hija de Felipe Túpac Amaru, dioorigen a uno de los episodios más horrendos -quizás el máshorrendo- entre todos los crímenes perpetrados en América. Losespíritus tolerantes del siglo XVIII debieron estremecerse ante laordalía de sangre y crueldad en la que «ilustrados» funcionariosespañoles se comportaron peor que el más sanguinario de lossalvajes.