causa de la conquista del tahuantinsuyo
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Las causas que permiten entender la derrota de los Incas son múltiples. Entre ellas es preciso tomar en cuenta factores internos y externos. Entre los primeros, de mayor peso en el desenlace de la historia, se encuentran: la crisis interna ocasionada por la reciente muerte del emperador local; la falta de lealtad de algunas etnias integrantes del imperio con el Inca; y la profecía que circulaba acerca de la llegada de unos enviados del Dios del Sol.
Por el lado de los factores externos al imperio, y que actuaron como causas secundarias, se destacaron la superioridad del equipo de guerra que traían los españoles y la sorpresa que causó entre los aborígenes su llegada a lomo de unos imponentes caballos.
Por el lado de los factores externos al imperio, y que actuaron como causas secundarias, se destacaron la superioridad del equipo de guerra que traían los españoles y la sorpresa que causó entre los aborígenes su llegada a lomo de unos imponentes caballos.
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Hubo diversos recursos que marcaron la superioridad tecnológica de los conquistadores españoles sobre la resistencia inca. Las armas son los artefactos en los que más evidente es esta diferencia tecnológica. La ventaja que otorgaban las armas de fuego a los españoles; frente a los arcos y flechas, las macanas, las lanzas y las cachiporras de los incas; fue considerable.
Sin embargo los animales fueron también herramientas furndamentales como elementos de intimidación utilizados por los españoles contra los incas. En este sentido los caballos fueron determinantes, no sólo como herramienta de intimidación, si no también como medio que facilitó y dinamizó la movilización de los conquistadores. Los perros de los conquistadores causaron, asimismo, pavor entre los indígenas por su ferocidad que, habiendo sido exacerbada para la guerra de reconquista española, se utilizó también como arma en la conquista de América.
Enfermedades y epidemias
Las epidemias y enfermedades que llegaron a América con los conquistadores europeos debilitaron y diezmaron la población nativa de todo el continente. Sin embargo el caso del Perú fue particular. Enfermedades como la viruela y la influenza llegaron antes que los conquistadores a los territorios del Tahuantinsuyo. Por esta razón, cuando los primeros españoles llegaron a Tumbes, las enfermedades y epidemias ya tenían varios años ocasionando muertes y debilitando la salud de la población del imperio. Incluso se cree que el Inca Huayna Cápac y el Auqui elegido para su sucesión perecieron víctimas de la viruela, casi 10 años antes que la expedición de Pizarro llegara a la zona de Tumbes.
Dichas enfermedades, sin embargo, no atacaron a toda la población del imperio por igual. El clima determinó cuáles poblaciones serían las más afectadas, y cuáles las más protegidas. Los poblados de la costa norte y central, de clima cálido, fueron los más vulnerables a la propagación de enfermedades y epidemias. Por otra parte, el frío y la altura de los andes protegieron a los pobladores de la sierra, con excepción de los que habitaban los valles del centro y del sur (el valle del Mantaro y el de Urubamba), cuyo clima excepcionalmente templado y cálido favoreció la propagación de las ya mencionadas enfermedades.
En todo caso, es evidente que las propagación de enfermedades contribuyó de manera determinante al éxito de la conquista al haber debilitado y aniquilado a gran parte de la población del Tahuantinsuyo.
Pugnas dentro del Tahuantinsuyo
La llegada de los españoles al Tahuantinsuyo coincidió con la lucha interna que Huascar y Atahualpa, ambos hijos de Huayna Capac, sostenían por el control del imperio incaico. Esta lucha que por mucho tiempo fue descrita como una guerra fratricida que demostraba la decadencia del imperio, al parecer no fue sino la repetición de las guerras rituales tras la muerte de un inca. La sucesión no existía dentro del Tahuantinsuyo, la elección del Inca se realizaba entre los jóvenes más aptos y que mejores condiciones reunían para el mando.
Una vez elegido a los posibles candidatos, debían ellos contar con el apoyo de las panacas cuzqueñas, es decir los grupos familiares descendientes de los antiguos incas. Estas panacas se encontraban divididas en Hanan y Hurin, las dos parcialidades en que estaba dividida la organización andina y a la que pertenecían las dinastías incaicas. Esta dualidad organizaba la vida en los Andes, lo Hanan tenía ascendencia sobre lo Hurin; en el caso de esta guerra ritual, durante su desarrollo el representante del bando Hanan era identificado y se le apoyaba pues debía ganar para mantener el orden natural de las cosas.
En el caso de la guerra entre Huascar y Atahualpa se puede observar dicho patrón. Tras un rito de iniciación, Atahualpa se le identifica como el inca Hanan y a partir de ese momento las crónicas solo hablan de las batallas ganadas por dicho inca. Huascar está destinado a perder y a ceder a favor del inca de Tumipampa.
Sin embargo los animales fueron también herramientas furndamentales como elementos de intimidación utilizados por los españoles contra los incas. En este sentido los caballos fueron determinantes, no sólo como herramienta de intimidación, si no también como medio que facilitó y dinamizó la movilización de los conquistadores. Los perros de los conquistadores causaron, asimismo, pavor entre los indígenas por su ferocidad que, habiendo sido exacerbada para la guerra de reconquista española, se utilizó también como arma en la conquista de América.
Enfermedades y epidemias
Las epidemias y enfermedades que llegaron a América con los conquistadores europeos debilitaron y diezmaron la población nativa de todo el continente. Sin embargo el caso del Perú fue particular. Enfermedades como la viruela y la influenza llegaron antes que los conquistadores a los territorios del Tahuantinsuyo. Por esta razón, cuando los primeros españoles llegaron a Tumbes, las enfermedades y epidemias ya tenían varios años ocasionando muertes y debilitando la salud de la población del imperio. Incluso se cree que el Inca Huayna Cápac y el Auqui elegido para su sucesión perecieron víctimas de la viruela, casi 10 años antes que la expedición de Pizarro llegara a la zona de Tumbes.
Dichas enfermedades, sin embargo, no atacaron a toda la población del imperio por igual. El clima determinó cuáles poblaciones serían las más afectadas, y cuáles las más protegidas. Los poblados de la costa norte y central, de clima cálido, fueron los más vulnerables a la propagación de enfermedades y epidemias. Por otra parte, el frío y la altura de los andes protegieron a los pobladores de la sierra, con excepción de los que habitaban los valles del centro y del sur (el valle del Mantaro y el de Urubamba), cuyo clima excepcionalmente templado y cálido favoreció la propagación de las ya mencionadas enfermedades.
En todo caso, es evidente que las propagación de enfermedades contribuyó de manera determinante al éxito de la conquista al haber debilitado y aniquilado a gran parte de la población del Tahuantinsuyo.
Pugnas dentro del Tahuantinsuyo
La llegada de los españoles al Tahuantinsuyo coincidió con la lucha interna que Huascar y Atahualpa, ambos hijos de Huayna Capac, sostenían por el control del imperio incaico. Esta lucha que por mucho tiempo fue descrita como una guerra fratricida que demostraba la decadencia del imperio, al parecer no fue sino la repetición de las guerras rituales tras la muerte de un inca. La sucesión no existía dentro del Tahuantinsuyo, la elección del Inca se realizaba entre los jóvenes más aptos y que mejores condiciones reunían para el mando.
Una vez elegido a los posibles candidatos, debían ellos contar con el apoyo de las panacas cuzqueñas, es decir los grupos familiares descendientes de los antiguos incas. Estas panacas se encontraban divididas en Hanan y Hurin, las dos parcialidades en que estaba dividida la organización andina y a la que pertenecían las dinastías incaicas. Esta dualidad organizaba la vida en los Andes, lo Hanan tenía ascendencia sobre lo Hurin; en el caso de esta guerra ritual, durante su desarrollo el representante del bando Hanan era identificado y se le apoyaba pues debía ganar para mantener el orden natural de las cosas.
En el caso de la guerra entre Huascar y Atahualpa se puede observar dicho patrón. Tras un rito de iniciación, Atahualpa se le identifica como el inca Hanan y a partir de ese momento las crónicas solo hablan de las batallas ganadas por dicho inca. Huascar está destinado a perder y a ceder a favor del inca de Tumipampa.
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