características generales de las revoluciones de 1830 y 1848 en Europa
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Respuesta:
Características del movimiento revolucionario de 1830
Sobre todo en el caso de Francia, ahora sí hubo una mayor participación de sectores populares urbanos. Se superó el esquema elitista de las revoluciones de 1820. Las revoluciones de 1830 precipitaron la progresiva desintegración del orden político surgido tras la Restauración.
De nuevo fue Francia la que desencadenó la ola revolucionaria. El pueblo de París que permanecía mudo desde 1789, se levantó en 1830 durante las jornadas del 27, 28 y 29 de julio, «las tres gloriosas». Ya no se recurrió al pronunciamiento militar, sino a las barricadas, improvisadas con cualquier material: carruajes, toneles, sacos de tierra, adoquines… Para hacer frente a las fuerzas armadas. La Revolución de París consiguió derribar la monarquía de la Casa de los Borbones (que ya nunca volvería a reinar en Francia). Y transformó la inestabilidad política de la época de Europa en movimientos revolucionarios. Entre 1830 y 1831 Europa revivió la ola revolucionaria de 1789.
Características de las revoluciones de 1848
Todas las revoluciones se produjeron en la primavera de 1848 y tenían componentes ideológicos comunes en el liberalismo, el nacionalismo y el radicalismo democrático. Las revoluciones de 1848 se producen de forma casi simultánea, entre febrero y mayo de 1848 y se extienden por buena parte de Europa. Se produjeron revoluciones en Francia, Imperio de los Habsburgo, Prusia y península Itálica. Y en particular en ciudades como París, Francfort, Berlín, Milán, Venecia, Roma, Palermo…
A las revoluciones de 1848 se les ha puesto la etiqueta de «Primavera de los pueblos», conocida así por la estación primaveral y en alusión de la manifestación del nacionalismo en los estados alemanes, la península Itálica y también al Imperio Austriaco. También se encuentran las reivindicaciones liberales, provenientes de la gran burguesía y el radicalismo democrático, y provenientes también de la pequeña burguesía y de los sectores populares.
En Francia la participación de los trabajadores urbanos parisinos fue fundamental. Georg Simmel dice que «desde 1830 se produjo en Francia una creciente concienciación de la clase trabajadora».
Pero las revoluciones terminaron con el fracaso en todas partes después de una fase de éxito momentáneo. Hacia finales de 1848 la suerte estaba decidida y en contra de las revoluciones. En verano de 1848 es cuando se extinguieron los últimos focos rebeldes. En la península Itálica, la revolución fue aplastada por la intervención de las tropas francesas y en Hungría por la intervención del ejército austríaco y ruso, que acabaron con la revolución en agosto de 1849 (el 14 de abril Hungría había proclamado su independencia).
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