caracteristicas del verdadero arepentimiento
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El verdadero arrepentimiento admite el diagnóstico divino: Cuando el hijo pródigo volvió en sí, es decir, cuando se dio cuenta de su verdadera situación; cuando dejó de taparse los ojos a la realidad, pudo ver realmente lo bajo que había llegado; en la suciedad en la que se encontraba. Pues, de igual manera, hasta que el Espíritu de Dios no abra nuestros ojos, seguiremos creyendo que la vida de pecado es lo mejor que hay. O para ponerlo de otra manera: hasta que el Espíritu Santo no abra nuestros ojos no nos daremos cuenta de lo sucio y terrible que es el pecado y de la condenación que le espera a los rebeldes como nosotros. El arrepentimiento es un regalo de Dios (2 Timoteo 2:25), sin embargo, el primer paso para el arrepentimiento que Dios le da a un pecador es abrir sus ojos a la realidad espiritual. El hombre que actúa como la paciente con cáncer perecerá, pues no sentirá la necesidad de buscar una cura, pero aquel que acepta esa realidad está en camino a la salvación, pues será posible que vea a Cristo!
El verdadero arrepentimiento es una conversión: O para decirlo de otra manera: volverse del pecado a Dios. El hijo menor dijo, “Me levantaré e iré a mi padre” (v. 18). El joven se dio cuenta que el único que podía ayudarlo era su padre. Si él hubiera dicho: “Bueno yo me metí en este hueco. Voy a buscar otro trabajo, voy a ganar más dinero, y voy a salir de este aprieto,” no hubiera pensado en ir de vuelta con su padre. No fue hasta que se vio sin otra salida, sin recursos, abandonado, que pudo pensar correctamente, dejar la pocilga y volver con su padre.
El verdadero arrepentimiento clama por misericordia: Al verse un pecador en la terrible condición espiritual en la que se encuentra delante de Dios, ver lo terrible del pecado, y ver que se ha pecado contra un Dios infinitamente Santo y Justo, lo único que puede haber es un clamor pidiendo misericordia. Qué fue lo que pensó el hijo en decirle a su padre: “Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros” (v. 19). El verdadero arrepentimiento es aquel por el cual el pecador sabe que no hay nada que le pueda ofrecer a Dios para pagar la deuda que tiene con Él. Igualmente no hay nada que podamos ofrecer para apaciguar la ira de un Dios Justo y Bueno por causa de nuestros pecados. Lo único que queda es ir delante del trono celestial y clamar por misericordia.
El verdadero arrepentimiento confiesa sus pecados: Noten lo que pensó decir el hijo, “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti” (v. 18). El verdadero arrepentimiento admite sus pecados en contra de Dios. El verdadero arrepentimiento admite que nuestro pecado es una ofensa contra Dios. Por eso es tan grave. El hijo menor no hizo excusas por su pecado! Él no dijo: “Si no me hubieras dado todo ese dinero sabiendo que era un inmaduro, no hubiera pecado.” Ni tampoco dijo, “Yo no me hubiera ido a malgastar todo si tu no fueras un padre tan exigente.” No! El hijo asumió su culpabilidad. Él admitió haberse rebelado contra su padre quien lo amaba. De la misma manera aquel que se arrepiente verdaderamente admite que su pecado es algo terrible hecho voluntariamente contra Dios.
El verdadero arrepentimiento se acompaña de fe: Este hijo tuvo fe, es decir, creyó que su padre era capaz de perdonarlo y tener misericordia de él. Bueno, cuando un pecador se arrepiente verdaderamente, cree que Dios es capaz de perdonarle y de tener misericordia de él. Por eso acude a Dios! Por fe! Porque sabe que sólo Él es capaz de salvarlo de su mísera condición (Hebreos 11:1,6). Sólo por fe puede un pecador aferrarse a Cristo, su cura, su medicina, Aquel que fue capaz de vivir la vida que ningún hombre pudo vivir, y el único que pudo morir en la cruz por los pecados de Su pueblo.
El verdadero arrepentimiento actúa: El hijo menor no se quedó en la porqueriza pensando ir a su padre algún día. No! Él se levantó y fue con su padre. Noten que en el v. 18 piensa lo siguiente, “Me levantaré,” y cuando termina de pensar lo que va a hacer, qué hace? V. 20, “Y levantándose, vino a su padre…” Esta es la verdadera conversión, un cambio de mente, un cambio de corazón, un volverse del pecado a Dios. Y el propósito de la parábola es mostrar el gozo que le trae a Dios cuando un pecador experimenta este arrepentimiento o esta conversión. Y este accionar se evidencia en un odio por su pecado y luego en la mortificación de su pecado remanente durante su vida cristiana.
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