Biología, pregunta formulada por florencabral9, hace 6 meses

características del proyecto peronista en la universidad​

Respuestas a la pregunta

Contestado por CarmenDeMairenaOfc
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Respuesta:

Los estudios que circulan sobre el gobierno peronista de 1946 a 1955 se han ocupado de analizar el alcance de su gestión en materia de salud, inmigración, urbanismo, vivienda, turismo, economía e industria, sin embargo, a la hora de analizar el tema de la educación se ha reducido –grosso modo- la presentación a dos tipo de aproximaciones: una perspectiva que enfatiza en la democratización, en el sentido de ampliación del número de destinatarios del sistema educativo y aquella que focaliza en las políticas y las prácticas educativas orientadas al adoctrinamiento de la población escolar. Más allá de esas presentaciones que circulan en el ámbito académico, ha sido recurrente que a la hora de hablar de lo educativo en tiempos del peronismo se recupere –sacando de contexto- aquella consigna que enunciaron los trabajadores el 17 de Octubre de 1945: “Alpargatas sí. Libros no”. Queda a los investigadores desandar esos lugares comunes.

Hasta aquí se ha conseguido mostrar que, las iniciativas estatales del primer peronismo en materia de políticas públicas culturales con sentido democratizador promovieron reacciones en el campo intelectual. Puede decirse que las estrategias a las que apeló el gobierno de Perón para cooptar a la intelectualidad como a las que recurrió la intelectualidad antiperonista para responder al régimen generaron marcadas disputas. (1) Eso ha llevado a dar cuenta, de un modo un tanto lineal, de la conflictiva relación entre el régimen peronista y los actores universitarios –tanto docentes como estudiantes-. Tal como se ha señalado, como en toda disputa por espacios de poder, tanto unos como otros creían tener argumentos válidos y suficientes para mantener su postura. Para el oficialismo se trataba de "...arrebatar las facultades de las manos de las élites oligárquico-liberales que se habían instalado en ellas como en cotos privados, ajenos a los intereses mayoritarios", mientras que para la oposición lo que se buscaba era barrer con las conquistas históricas del 18, para poner a la Universidad al servicio del poder.

Asimismo, se ha acordado que, bajo el prisma de la justicia social, la política del régimen consiguió ampliar la capacidad de extensión y cobertura del sistema educativo. Según el Departamento de Estadística Educativa, en el caso específico de la matrícula universitaria, pasó de 40.284 alumnos en 1945 a 138.871 en 1955 (cabe aclarar que este crecimiento sostenido se continuó en la próxima década ya que en 1965 concurrían 206.032 alumnos a las universidades, según la misma fuente). Similares índices de crecimiento se observan tanto en lo que hace al presupuesto de las Universidades Nacionales como en la cantidad de profesores.

Perón inició su gobierno con las universidades intervenidas desde el 30 de abril de 1946, destacando que, para el caso de la UBA, su interventor fue el doctor Oscar Ivanissevich.

Durante ese año, fueron numerosas las cesantías y las renuncias de profesores. De todos modos, la política universitaria del gobierno comienza a tomar forma con la sanción en 1947 de la Ley 13.031, norma por la cual el gobierno de las universidades se convertía en dependencia del Poder Ejecutivo quien tenía a su cargo desde la designación del rector hasta de los profesores catedráticos. Con la constitución de 1949, se le introdujeron algunas modificaciones disponiendo además que, en las universidades “…no se debe trabajar para un partido, para un sector para un grupo, se debe trabajar para la mayor honra del país y la felicidad de todos los argentinos”. Al mismo tiempo, se establecían cursos de formación política, obligatorios y comunes para estudiantes de todas las facultades.

Los claroscuros y matices de la gestión del gobierno de Perón respecto a la vida universitaria fueron evidentes. Si bien esas medidas contrariaban la autonomía de las universidades, por otra parte, no puede obviarse que durante su presidencia se sancionó el decreto 29.337 de gratuidad de la enseñanza universitaria y de ingreso irrestricto. Tal como lo sostuvieron algunos protagonistas de ese acontecimiento en materia de educación, se esperaba que con aquella iniciativa se consiguiera avanzar en la formación de la conciencia nacional de la juventud. La Universidad sería un ámbito de encuentro donde la juventud antiperonista conocería los dramas de la población real al convivir con los hijos de los trabajadores.

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