características del lesbianismo
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Respuesta:
-Somos especialistas en deconstruir las relaciones: experimentamos nuevas formas de relacionarnos con nuestra pareja, con las amistades, etc. A menos que sea un caso excepcional, tendemos a llevarnos bien con nuestras ex, a mantener la relación de amistad con ellas a posteriori y a integrarlas en nuestras familias elegidas. Y así, convivimos con nuestras ex, con las ex de nuestra pareja (que a veces pueden coincidir), con las de nuestras amigas…
-Las relaciones sexuales son mucho más satisfactorias ya que, al conocer nuestros cuerpos, conocemos mejor el cuerpo de otras mujeres, y porque nos preocupamos por el placer de la otra persona. Seguramente la educación patriarcal influya en esto, ya que son conductas que nos enseñan para las futuras relaciones con los hombres; en cualquier caso, adquirir esas conductas y aplicarlas luego entre mujeres tiene su lado positivo y placentero. Tendemos a experimentar más en la cama (juguetes eróticos) y a intercambiar roles con más facilidad.
En cuanto a nuestros hábitos de consumo, las lesbianas no salimos tanto como querríamos porque no nos ofrecen lo que buscamos. Nos empeñamos en copiar a los gays, en imitar su ocio y reproducir sus espacios de recreo, pero no funcionamos igual que ellos. Está demostrado por la cantidad de negocios que se ven obligados a cerrar sus puertas y a aceptar el fracaso que supone “un intento de imitación gay para lesbianas”.
-Sí nos gusta salir y sí estamos dispuestas a gastar, pero no sabemos en qué, más allá del cine o el picoteo. Somos mucho más noveleras que las heterosexuales en la edad adulta, no perdemos las ganas de reír y compartir. Tal vez la heterosexuales tampoco pierden esas ganas, pero la diferencia entre las lesbianas con hijxs y las heterosexuales con hijxs, es que las lesbianas buscamos a toda costa ese espacio, aunque ello suponga que una salga y la otra no. Es más común ver que se van turnando porque entienden que forma parte de la salud mental el disponer de tiempo para sí.
-A la hora de tener hijxs, negociamos qué apellidos poner primero, cómo llamará a una y a otra madre, luchamos por que nuestras respectivas familias sientan a la nieta o nieto como parte de ella. Las lesbianas feministas luchan por educar criaturas igualitarias, por aportar en esta sociedad ciudadanxs empáticos con la diversidad. Y lo consiguen. Estas criaturas tienen un buen aprendizaje en casa, en donde, además, suele haber una verdadera cooperación a la hora de ocuparse de los asuntos del hogar. Las lesbianas construimos relaciones mucho más igualitarias (dependerá del grado de feminismo que se tenga) en las que, si hay descendencia, existe una verdadera corresponsabilidad.
-Las lesbianas somos más viajeras que las heterosexuales, tenemos más curiosidad por descubrir culturas y costumbres nuevas, por descubrir sabores distintos en comidas exóticas. Somos más gozadoras de la comida y el buen vino (o la buena cerveza). Consumimos mucho en restaurantes, cervecerías y vinotecas. Somos también más viciosas (es lo que tiene ser tan gozadoras) y, por tanto, mayores consumidoras de todo lo relativo al disfrute: juguetes eróticos, alcohol, drogas, tabaco…
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-Las lesbianas son mucho más espirituales que las hetero: se mueven mucho en la búsqueda espiritual y prueban y curiosean varias filosofías de vida hasta dar con la suya: yoga, reiki, taichi, budismo, constelaciones, chakras, metafísica y “lamadreencoche”… Sin embargo, huyen de la religión católica, frente a la que se sienten profundamente decepcionadas.
-Consumimos mucha más cultura. Nos encanta la prensa especializada en nosotras (revistas, periódicos, televisión…). Consumimos más productos hechos por mujeres: cine, teatro, libros, revistas… Si, además, estos productos van dirigidos a lesbianas o tienen como protagonistas o personajes secundarios mujeres lesbianas, el consumo aumenta, porque raro será la lesbiana que falte a la cita.
-Tenemos mucha iniciativa para crear y organizar, tanto en el terreno privado (hogar y familia, trabajo personal, tiempo libre personal, etc.) como en el público (trabajo, amistades, compromisos sociales…). La fotografía es un mundo que suele gustar mucho a las lesbianas, tal vez por nuestra necesidad de crear historias en las que seamos personajes principales, o bien por nuestro espíritu nostálgico y melancólico: nos encanta recordar, evocar, retener… Y la fotografía se presta mucho a ello.
-Nos hace muy feliz poseer un carné que nos haga sentir pertenecientes a un grupo. Las lesbianas coleccionamos carnés con foto que nos abran las puertas a clubes y grupos privilegiados.