Historia, pregunta formulada por Ok924587654, hace 1 año

Características del hombre de Chuquitanta

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Respuestas a la pregunta

Contestado por juanmontalvo86
3

Respuesta:

Los números no tienen fin. Dame un número y te daré uno más grande.

Durante miles de años, los matemáticos pensaron que el infinito estaba más allá de su comprensión.

Pero a comienzos del siglo XX, el matemático alemán Georg Cantor abordó el problema del infinito y nos mostró cómo seguir contando cuando los números se agotan.

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Georg Ferdinand Ludwig Philipp Cantor (San Petersburgo, 3 de marzo de 1845-Halle, 6 de enero de 1918) fue la primera persona que pudo formalizar la noción de infinito.

Es uno de los momentos más emocionantes en la historia de las matemáticas. Se parece al momento en que contamos por primera vez. Pero en lugar de 1, 2, 3, contamos infinitos.

Cantor reveló que el infinito en sí mismo es un número. De hecho, infinitamente muchos números. Una revelación que desafió profundamente el establecimiento matemático.

"El verdadero logro de Cantor fue mostrar que hay infinitos más grandes que otros, algo sencillamente asombroso", señala Roger Penrose, profesor emérito de Matemáticas de la Universidad de Oxford, en conversación con la BBC.

"Entonces no se trata sólo de lo finito y lo infinito. Hay infinidades grandes, otras enormes, otras estupendamente enormes...".

Una separación

Por un tiempo, la ciencia y las matemáticas mantuvieron una relación muy íntima. Pero a mediados del siglo XIX, comenzaron a separarse.

El movimiento neohumanista de Wilhelm von Humboldt, que valoraba la educación por sí misma, en lugar de centrarse en objetivos utilitarios, alentó a los matemáticos en Alemania a pensar de forma más creativa, más imaginativa y de una manera más abstracta.

Contestado por eliascampoverde
10

Respuesta:

HOMBRE DE CHUQUITANTA Chuquitanta era un centro ceremonial, llamado también como El Paraíso fue descubierto por Federico Engel en 1965 cerca de la desembocadura del río Chillón, en el distrito de San Martín de Porres, Lima.

Chuquitanta fue un centro religioso, político y administrativo de hombres y mujeres que se dedicaban a la agricultura y pesca en las postrimerías del Periodo Arcaico Tardío.

En el centro ceremonial había un fogón, donde los hombres rendían culto y quemaban sus ofrendas a los dioses.

Los hombres se dedicaban a la agricultura, donde cultivaban plantas alimenticias.

Se cultivo pallar, frijol, mate y calabaza, y principalmente: algodón. La recolección de frutas silvestres, raíces y tubérculos, así como la caza de animales.

El algodón fue cultivado para proporcionar redes para la pesca, así como ropa para los habitantes de El Paraíso.

Las mujeres se dedicaban al tejido para las vestimentas y confeccionados en algodón blanco o marró Es un sitio arqueológico tiene una extensión de 50 hectáreas, consta de nueve grandes estructuras con una gran plaza ceremonial en la parte central. El templo principal (Unidad I) tiene más de 400 metros de largo, 100 metros de ancho y sus paredes de piedra, alcanzan hasta 5 metros de altura y en su etapa de apogeo, unos 1 800 años a.C. estaba enlucida y posiblemente con murales policromados. A comienzos del 2013, un equipo de arqueólogos, encabezados por Marco Guillén, descubrieron un centro ceremonial de 5000 años de antigüedad en el sitio arqueológico de Chuquitanta o El Paraíso, en San Martín de Porres, Lima. El hallazgo ha sido denominado "Templo del Fuego".

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