caracteristicas de las relaciones culturales
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Las relaciones internacionales y la diplomacia han sufrido un gran cambio en las últimas décadas, los efectos de la globalización han incidido en muchas dimensiones que se caracterizan por una mayor movilidad de las personas, contactos entre culturas, intercambios de todo tipo y, principalmente, una mayor interdependencia entre los diferentes países, regiones geopolíticas con nuevas dinámicas mundiales.
Las tensiones, los conflictos bélicos, las desigualdades sociales, la pobreza, los flujos migratorios, etc., que están presentes en los escenarios mundiales, requieren una atención de la comunidad internacional y de todos sus recursos para la finalidad de la paz, la solidaridad y la convivencia pacífica.
En este marco la cultura se percibe como una dimensión imprescindible para entender la causa de este tipo de situaciones y como enfrentarlas. La cultura se sitúa cada vez más en el escenario de las estrategias de cohesión social, del diálogo entre países y regiones y como recurso para la paz y el desarrollo equitativo.
La diversidad cultural y la creatividad configuran asimismo, el fundamento de la economía del siglo XXI, convirtiéndose en grandes activos presentes en todos los países del mundo cuya gestión depende de la capacidad de los estados y la sociedad civil, las comunidades y los grupos culturales.
El debate sobre las estrategias de crecimiento y consolidación de los estados modernos se incorpora con mayor frecuencia en el escenario internacional, donde las dinámicas de globalización influencian las realidades culturales locales. Cada vez más las naciones dependen unas de otras para las relaciones comerciales, la resolución de problemas o para llevar a cabo sus propios procesos de desarrollo, el bienestar de un país está a menudo, ligado a dinámicas transnacionales.
Por lo tanto, la capacidad de influir en el escenario internacional implica un aumento en las posibilidades de una nación para la consecución de sus objetivos de desarrollo. Sin embargo el escenario actual exige que este tipo de influencia evolucione desde la imposición de criterios o la utilización de la fuerza a cotas más altas de consenso, cooperación y respeto mutuo. La cultura representa una opción de influencia en el exterior y un factor de generación de confianza en la búsqueda de mecanismos de comunicación entre naciones.
Un país puede conseguir una mayor participación y presencia en los escenarios internacionales a partir del poder de atracción que ejerce su patrimonio cultural tangible e intangible, de las opciones que este ofrece a sus habitantes y del valor que se le otorga desde el exterior como generador de desarrollo y como herramienta de cooperación. Las capacidades de un país para establecer puentes de diálogo, a partir del reconocimiento del impacto y posibilidades de incidencia y valor transformador de lo simbólico en otros territorios, tiene la opción de fortalecer las relaciones de su nación, regiones o ciudades con otras similares para apoyar la construcción de identidades regionales y contribuir a la colectivización de imaginarios.
Los organismos internacionales, en el ejercicio de sus responsabilidades, participan en los escenarios de debate y toma de decisiones respecto al curso de las políticas multilaterales en un mundo globalizado. Estas funciones no pueden obviar el fuerte impacto y capacidad de transformación del discurso y manejo de las herramientas que ofrece el espacio cultural. Una perspectiva internacional basada solo en criterios económicos o del uso de la imposición no es un buen camino en la búsqueda de soluciones de conflictos o vías de desarrollo de las naciones; mucho menos lo es en la búsqueda del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Para esta agenda es imprescindible definir un protagonismo de los organismos multilaterales como catalizadores de estas necesidades. Los cuales habrán de adaptarse a estas realidades e incorporar con más intensidad la dimensión cultural en sus programaciones dándole el lugar que le corresponde en una sociedad global donde las culturas son ejes de intercambio, diálogo y construcción simbólica de valores políticos.
La formación de los agentes culturales que operan en el escenario internacional e iberoamericano es necesaria y apremiante. Su valor como dinamizadores de los objetivos internacionales de desarrollo y cooperación cultural entre países es clave, y el reconocimiento de este hecho resulta de gran importancia cuando se planea la necesidad de formación de estos actores.
Explicación:
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