Religión, pregunta formulada por jhostingameplay9720, hace 1 año

características de la sociedad patriarcal de Abraham​

Respuestas a la pregunta

Contestado por arandanisi
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Respuesta:

Explicación:

¿QUIÉN ES ABRAHAM Y QUÉ ES UN “CICLOPATRIARCAL”?

1.1 Del Abraham original al Abraham teológico.  

Una vez más, recordemos que Abraham es un patriarca del sur, hecho más tarde padre de todo el pueblo, en el proceso relativamente tardío que hacen sus líderes religiosos y sociales (en torno al s. 10 a.c., tiempo de la monarquía unida) de resumir y definir su identidad nacional, una vez lograda la unión de las tribus que le iban a dar configuración nacional a Israel. –  

1.1..1 ¿Ciclo de una persona o ciclo de un pueblo?  

Los 14 capítulos que el Génesis consagra al patriarca Abraham son lo que se llama el “ciclo de Abraham”, o relatos que la tradición guardó y organizó en torno a esta figura patriarcal, dada su importancia, aunque no todos los hechos correspondan de una manera estrictamente histórica, a la figura del patriarca. Las cuatro partes en que podemos dividir el ciclo de Abraham están íntima y profundamente ligadas al mundo religioso de Israel:  

a) El territorio de la promesa (Dios le prometió la tierra a Abraham y a su descendencia) (Gn 12,4b-14,24). Elemento novedoso de justicia: un emigrante que pierde sus derechos, descubre un Dios que se los devuelve…

b) El hijo y el pueblo de la promesa (también Dios es quien promete el hijo y el futuro pueblo que de él nacerá) (Gn 15,1-18,15). Elemento novedoso de justicia: una familia estéril, sin derecho al hijo, descubre un Dios que le garantiza la vida…

c) Abraham como fuente de bendición divina (Dios lo bendice y lo hace bendición para sus descendientes) (Gn 18,16-21,34). Elemento novedoso de justicia: un perdedor (un emigrante), cuyo sufrimiento podía ser signo de maldición, se encuentra convertido en bendición.

d) La fe de Abraham (Abraham y el pueblo, en algún momento de su historia, explicitan su fe en el Dios que los ha acompañado a lo largo de todas las peripecias de su emigración, y quieren sacrificarle a su nuevo Dios como lo hacían con sus dioses anteriores: a través del sacrificio humano (Gn 22,1-25,11). Elemento novedoso de justicia: reconocen la presencia de un Dios que no quiere, de ninguna manera, que se le siga sacrificando a la divinidad vidas humanas.  

EL HOMBRE Y EL TERRITORIO  

(Canaán convertido en “el territorio de la promesa”: Gn 12,4b-14,24)

2.1 El hombre descubre el valor religioso del territorio; proceso  en el que el territorio se llena de valores religiosos

2.1.1 No hablemos de tierra; hablemos más bien de territorio.  

De propósito hemos suplido la palabra “tierra” por la de “territorio”. Esta última es mucho más rica. Mientras tierra mira una extensión cuantitativa, territorio considera lo cualitativo que se esconde en esa misma extensión, a saber: la historia, la cultura, los usos, las costumbres, la reproducción, las relaciones sociales y las relaciones con el mundo de los espíritus. Es decir, toda la vida, la historia y la cultura que se generan, en todos los órdenes: socio-económico, socio-político e ideológico. – En muchísimos casos -la inmensa mayoría- cuando la Biblia habla de “tierra” en los ciclos de Abraham y de Jacob, se refiere más bien a nuestro concepto de territorio. El ser humano tiene ligada su actividad y su vida al territorio. Por eso mismo, el hombre:

Ama la tierra como su propia vida…

Defiende la tierra como su propia vida

Conquista la tierra y la arrebata cuando no la posee, pues sabe que sin ella no puede vivir.

2.1.2 En qué sentido el territorio se relaciona con Dios.  

Todo esto que Abraham (y el grupo que él representa) sienten por su tierra y que experimentan como valor, eso mismo pasa a ser parte de las propiedades que le ponen a su Dios. Esto es una constante de todas las religiones: lo que el ser humano experimenta como valor en su historia, lo convierte también en patrimonio de la divinidad a la que adora su grupo. Ya aquí encontramos una actitud espiritual fundamental en el ser humano, la cual se va a repetir hasta la saciedad en la historia bíblica. Es necesario tenerla en cuenta, para que sepamos leer (nunca al pie de la letra) las veces en que el texto bíblico hace hablar a Dios. La pregunta que frente a todo texto en el cual Dios participe, se ría ésta: ¿qué quiere decir el ser humano, cuando hace que Dios vea, palpe, sienta, escuche o hable? Esto debe tener siempre una respuesta que hay que debe partir de la realidad del ser humano.

Cuando Abraham se siente elegido por Dios y lo palpa como padre de su nuevo pueblo, siente que su Dios le asigna a él y a su descendencia un territorio propio:

Así en Gn 12,1 Dios le promete a Abraham un territorio

Gn 15,7 nos dice que se trata de la Palestina  

Gn 15,8: Abraham pide a Dios una señal de que realmente poseerá dicho territorio.

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