características de la politica exterior argentina
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Respuesta:
Las características centrales de la política exterior argentina son: 1) Inserción racional dependiente de la principal potencia de rango mundial; 2) indiferencia y/u oposición a toda potencia alternativa a la principal potencia de rango mundial con la que se mantienen vínculos de dependencia; 3) Aislamiento –salvo excepciones- en relación con la región latinoamericana y al Tercer Mundo; 4) indiferencia en relación con el territorio que no constituya la pampa húmeda y el puerto de Buenos Aires y debilidad en la política territorial.
1) Inserción racional dependiente. Durante el siglo XIX y hasta fines de la segunda guerra mundial, Argentina tuvo una afiliación a la esfera de influencia británica. Salvo algunas excepciones, como la del primer gobierno del presidente Juan Perón, que intentó encontrar una equidistancia entre capitalismo y comunismo a partir de su doctrina de la justicia social, con el objeto de ir construyendo una mayor autonomía de desempeño; en general los gobiernos mantuvieron una inserción racional dependiente, en este caso de Estados Unidos.
La política exterior y la inserción internacional –según la percepción- del presidente Menem, es absolutamente coherente con esta tendencia al manifestar explícitamente el significado que tiene para su gobierno y para la Argentina el vínculo –"relaciones carnales" (?) para su Canciller Di Tella- con Estados Unidos.
2) Indiferencia y/u oposición a toda potencia alternativa. Durante gran parte del siglo XIX la élite gobernante argentina tuvo una actitud de relativa indiferencia hacia Estados Unidos, adoptando luego una conducta de oposición a partir de la Primera Conferencia Panamericana (1889/90), en defensa de los intereses de su "socio mayor" Gran Bretaña.
Más allá de la aparente posición nacionalista y pro latinoamericanista de los representantes argentinos ante la Primera Conferencia Panamericana, Quintana y Sáenz Peña, expresada en la culminación del discurso de este último, cuando frente a la postura "monroista" del gobierno norteamericano de "América para los Americanos" dijo "Sea América para la Humanidad".
Esta conducta de oposición hacia Estados Unidos se extendió hasta fines de la segunda guerra mundial, en que el gobierno argentino se tuvo que poner de "rodillas" firmando el Acta de Chapultepec (1945), que le permitiría ser miembro de Naciones Unidas.
Desde el 30 en adelante, golpe de Estado de por medio, la política exterior argentina tuvo una, casi permanente, "política exterior paralela" dictada de manera directa –siendo gobierno- o indirecta –ejerciendo presiones- por parte de los militares argentinos que no eran ninguna excepción respecto de otros latinoamericanos, salvo casos muy particulares, como los de Torrijos en Panamá, Velazco Alvarado en Perú, Ovando y Torres en Bolivia, que adoptaron conductas nacionalistas y de tomar distancia respecto de Estados Unidos. La "política exterior paralela" fue muy evidente, durante los gobiernos de Frondizi o de Illia.
El gobierno de Menem ha tenido una política de relativa indiferencia respecto de Europa y Asia, particularmente Japón, como alternativas a la inserción racional dependiente de la –según la percepción del gobierno argentino- principal potencia de rango mundial, Estados Unidos. Durante la etapa final de la Ronda Uruguay del GATT, el gobierno de Menem, en el contexto del Grupo de Cairns, liderado por Estados Unidos, manifestó una expresa oposición a la postura europea, particularmente francesa, en relación con la negociación en el sector agrícola.
3) Aislamiento en relación con la región latinoamericana y al Tercer Mundo. Desde la independencia, Argentina manifestó una actitud de indiferencia y aislacionismo respecto de la región y una conducta de oposición a toda iniciativa para conformar agrupaciones, sea para la defensa o para el intercambio comercial.
Respuesta:
La política exterior argentina desde 1983 hasta la actualidad ha tenido, para muchos autores, características erráticas, reactivas, confrontativas, lo que ha dado como resultado una imagen negativa, de poca confiabilidad y confianza externas. En este sentido, el ámbito.