características de la pintura en la revolucion mexicana
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El desarrollo de la cultura y el arte mexicano durante el siglo XX estuvo indisolublemente ligado al movimiento armado de la Revolución Mexicana que no solo provocó profundos cambios políticos al terminar con la dictadura de Porfirio Díaz, también hizo posible la transformación de la sociedad mexicana. Las manifestaciones de este cambio se reflejaron prácticamente en todos los aspectos de la vida social de nuestro país y de manera muy explícita en las expresiones artísticas y culturales.
La Revolución (1910-1921) marca un periodo fundamental en la historia moderna de México. Los gobiernos que siguieron a la lucha armada se llamaban a si mismos “revolucionarios” porque proclamaron que ellos eran los depositarios y continuadores de los logros de la Revolución: Justicia Social, Participación del Pueblo en las Decisiones Políticas, Repartición de Tierras de Latifundios, Alternancia política, Lucha por la Independencia y Soberanía Económica, Mejoría en la Vida Laboral, entre otros.
Durante y después de la Revolución Mexicana se elaboraron imágenes plásticas que representan la lucha revolucionaria, sus logros o a los protagonistas de la contienda (Emiliano Zapata es uno de los mas retratados, pero también hay imágenes de Pancho Villa, Francisco I. Madero y otros). Sin embargo, no todas estas imágenes dicen lo mismo. Cada pintor tuvo su propia opinión de la Revolución según la experiencia que vivió durante esa época, y de acuerdo a la posición política y social en que se ubicó durante y después de 1921.
Hubo artistas que fueron testigos presenciales de la lucha revolucionaria (como José Clemente Orozco y Francisco Goitia), y hubo otros que no la vivieron porque estaban estudiando o viviendo fuera de México (como Diego Rivera). Algunos artistas se interesaron y se unieron a las causas populares que surgieron durante la lucha, otros no se identificaron con ellas y creían que el pueblo era manipulado por los caudillos. Unas cuantas imágenes revolucionarias se pintaron durante los años de lucha, pero la mayoría de ellas se realizaron una, dos, tres o mas décadas después de concluido el conflicto. En general, las obras contemporáneas a la lucha son más trágicas y desesperanzadas que aquellas que se hicieron posteriormente, en donde se idealizan algunos aspectos.
Finalmente, como en la escritura de la historia, cada artista tuvo su propia interpretación política, social o filosófica de lo que significó la Revolución para los mexicanos. Por ello, así como usamos fuentes documentales para estudiar este periodo de nuestra historia, así también podemos valernos de las imágenes artísticas para mostrar las distintas aproximaciones, en diferentes tiempos, a este mismo episodio histórico.