Calcular la fuerza con que se atraen dos masas de 700 y 3000 Kg situadas a una distancia de 0.007m.
Respuestas a la pregunta
Respuesta: El hombre al hacerse sedentario y convertirse en agricultor debió enfrentarse al manejo del agua, primer fluido que le interesó. Existen todavía trazas de los canales de irrigación que desde tiempos prehistóricos existían en Egipto y Mesopotamia. Se sabe que se hicieron embalses del Nilo a la altura de Menfis hace ya más de seis mil años, para proveer el agua necesaria para las cosechas y que el río Tigris fue desviado con el mismo propósito por la misma época. Se han encontrado pozos antiguos de gran profundidad y aun acueductos subterráneos en Tierra Santa. En lo que es ahora Pakistán, en las ruinas de Mojenjo- Daro se ha descubierto que las casas tenían tuberías de cerámica para el agua y para el drenaje. También se han encontrado enormes trabajos hidráulicos en la antigua China, así como en la península de Yucatán. Los mayas construyeron canales y desagües en sus ciudades, en algunos de ellos utilizaron tuberías hechas a partir de ductos cerámicos como se pueden ver en las ruinas de Cosoleacaque en Tabasco. En la antigua Tenochtitlán, según cuenta la leyenda, el rey Netzahualcóyotl mandó construir el albarradón que separaba las aguas dulces del lago de Xochimilco de las salobres del de Texcoco, así como inició la construcción del primer acueducto que traía agua dulce de Chapultepec al centro de la gran urbe. Como se ve, el estudio de flujo de fluidos tuvo su inicio en la prehistoria y algunos de los factores que estimularon su crecimiento fueron las necesidades ya mencionadas de la distribución del agua para la irrigación y el consumo humano, el desalojo de las aguas negras, los diseños de los barcos comerciales y de guerra. Aunque los diseños eran empíricos y no utilizaban conceptos de mecánica o matemáticas, sirvieron para el desenvolvimiento de muchas civilizaciones. Los escritos más antiguos sobre la mecánica de fluidos son los de Arquímedes (287-212 a.C.) en los que se describen por primera vez los principios de la hidrostática y la flotación. A principios de nuestra era, un ingeniero romano, Sextus Julius Frontinus (40-103 d.C.) escribió sobre los conocimientos hidráulicos de sus compatriotas, conocimientos que los llevaron a construir acueductos como los que todavía subsisten en España y Francia. No fue sino hasta finales de la Edad Media en que los principios aristotélicos sobre la no existencia del vacío y la velocidad de caída de los cuerpos como función de su masa se empezaron a cuestionar en las universidades y a establecerse relaciones mecánicas simples entre la velocidad y la aceleración. Mientras que los griegos tendían a razonar sin observación, Leonardo da Vinci (1452-1519) dio énfasis a la importancia de la observación, lo que plasmó en dibujos sobre olas, ondas, chorros, remolinos, etcétera. Se atribuye también a Leonardo la primera formulación del principio de la hidráulica conocido como principio de la continuidad:” la velocidad de un flujo varía inversamente con la sección transversal del área de flujo de la corriente". Desgraciadamente la mayoría de sus observaciones pasaron inadvertidas para sus contemporáneos. 3