c
Marta, la mujer, la madre, sostuvo a duras penas la sopera entre las manos,
a medio camino de la mesa, porque de pronto fue como si le pesara una 35
Mireia, la chica, la pequena, quiso gritar y no pudo, porque una fuerza invisi.
40
que empezaba a circular a borbotones.
45
No, no era posible. Sucedia algo extraño. Les poseía una maldición diabólica,
50
tonelada
А.
ble le paralizó las palabras en la garganta y la ahogó.
A los tres les zumbaron las sienes.
La
sangre detenida
La voz era...
La voz era de ella.
Tantas veces anhelada, tanto tiempo ansiada y, ahora...
producto de tanta ansiedad.
La voz sono de nuevo en el pasillo, cada vez más cerca.
- Han cerrado la panaderia! Podéis creerlo? Es como si no existiera,
No había error posible.
Salvo el tono, con algún ligero matiz, la voz era de ella, si.
Susana
Absurdo?
Susana volvía, abría la puerta con sus llaves, entraba en casa y lo único
se le ocurría decir era «Han cerrado la panadería! ¡Podéis creerlo? Es
como si no existiera?
Tantas esperanzas muriendo dia a dia.
Tantas lágrimas y caldas en las pendientes del desaliento.
Tanto miedo y dolor.
Todos aquellos años...
Cuatro
Una vida entera.
Han cerrado la panadería! ¡Podéis creerlo? Es como si no
RESO
existiera
que
S5
60
Jordi Sierra i Fabra
El largo regreso, Anaya
abra
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