buenas noches,necesito hacer un ensayo del poema de no culpes a nadie de pablo neruba, quien me ayuda
Respuestas a la pregunta
Un ensayo tomando como referencia el poema No culpes a nadie, de Pablo Neruda, puede ser el siguiente:
En el transcurso de la vida podemos transitar por experiencias de todo tipo. Si las pasamos por el filtro de la valoración podemos calificar algunas de buenas o malas. Las buenas son fáciles de compartir y celebrar, y atraen personas a nosotros que en ocasiones apenas conocemos. Las malas en cambio normalmente las vivimos en soledad, porque de una u otra manera, tendemos a distanciarnos de lo malo, no por ser malas personas, sino porque ancestralmente apartarnos de lo malo o peligroso, nos ha garantizado la supervivencia.
Es cierto que ya no estamos en la época de las cavernas, pero también es cierto que el cuidado de nuestra integridad personal nos exige instintivamente calificar algunas experiencias como malas, sin detenernos a pensar que posiblemente este tipo de vivencias son las que nos hacen crecer y superarnos, a partir de la superación de esas mismas dificultades.
Este tema es tratado magistralmente por el poeta Pablo Neruda, quien en su obra No culpes a nadie, nos transmite los sentimientos comunes sobre las valoraciones de utilidad para nuestras experiencias vitales.
El inigualable Neruda nos presenta ideas interesantes que contribuyen a pensar sobre nuestra propia responsabilidad en nuestro presente y destino. Deberíamos evitar quejarnos ante las dificultades, principalmente porque hemos sido nosotros mismos quienes escogimos nuestras circunstancias, entonces si las cosas salen mal, podemos aprovechar la situación para edificarnos y resurgir como personas nuevas desde lo aprendido experimentando el error. Otra sugerencia de Neruda es que todo lo que nos ocurre es nuestra responsabilidad: lo que hoy somos es consecuencia de lo que hicimos ayer y lo que hacemos hoy determinará nuestro futuro. Entonces, absolutamente todo lo que sucede en nuestra vida lo construimos con nuestras decisiones.
Cuando asumimos la vida con valentía, cuando decidimos enfrentar los problemas y el dolor en lugar de de amargarnos asumiendo una postura de autocompasión, surgimos partiendo de nuestro propio ser. Amargarse ante el fracaso o culpar a otros en lugar de aceptar nuestra responsabilidad es comportarse como un niño, de manera irresponsable ante el temor de ver las consecuencias como insuperables.
Una postura mucho más edificante y constructiva es crecer ante las dificultades, aprender del error, contar las bondades que hay en nuestras vidas y dejar en el olvido las que nos causan dolor. Al ser responsables de nuestra propia vida, le ponemos fuerza y coraje, haciendo lo que nadie más hará por nosotros.
Por último, Neruda se refiere a la soledad, rescatando su valor como una circunstancia de la vida que creamos como todas las demás y que una vez que tenemos presente, podemos decidir si lamentarnos, lo que no nos conduce a nada, o aceptarla para reencontranos y crecer.
En conclusión, Neruda nos muestra que los acontecimientos que podemos calificar de malos en nuestras vidas existen dependiendo de la manera en que los interpretemos. He allí la diferencia entre el éxito y el fracaso, porque quienes fracasan dejan sus vidas a merced de la suerte y no se deciden a tomarla entre sus propias manos. En cambio, quienes triunfan también tienen experiencias malas en la vida, pero las asumen como excusa para crecer y como consecuencia de sus propios actos. Tenemos el poder de tomar esas experiencias y aprovecharlas para mejorar nuestras vidas, porque en palabras del propio poeta: “cualquier momento es bueno para comenzar y ninguno en tan terrible como para claudicar”.