Buda
En el año 560 antes de Cristo nació, en Kapilovstu, Siddhartha Gautama; sus padres fueron Sudodana, rey de los
Sakias y Mahayama, quien tuvo un extraño sueño antes de que naciera su primogénito: un elefante blanco con
una flor de loto en su trompa que le traspasaba el costado.
El rey llamó a sus magos y consejeros para que le interpretaran el sueño; casi todos estuvieron de acuerdo con
el sentido; el príncipe sería el emperador del mundo.
Sólo uno no compartía esta visión, el príncipe vería cuatro señales: la vejez, la enfermedad, la muerte y un monje;
después de éstas se convertiría en maestro del mundo, su líder espiritual.
Sudodana, horrorizado con la profecía, aisló a su hijo en un mundo perfecto, lejos del dolor y la enfermedad:
hermosos palacios, riqueza, juegos, diversiones, música, baile. Todo era perfecto; sin embargo, el príncipe
Gautama no era del todo feliz. Era el mejor en todo, apuesto y valiente, obtuvo la mano de su prima Yasodara al
derrotar a todos sus contrincantes en una competencia.
A pesar de los cuidados del rey, un día, el gentil príncipe encontró las señales y abandonó en la oscuridad de la
noche el palacio y sus lujos, a su mujer y a su recién nacido primogénito.
Lejos del mundo, Gautama conoció el dolor y el sacrificio con los ascetas; compartió con cinco de ellos sus
conocimientos y vida. Castigó su cuerpo y espíritu para buscar las respuestas, la iluminación, pero no las encontró
y así pasaron seis años.
Un día, mientras comía un poco de arroz que le había ofrecido una joven aldeana, lo comprendió todo, había
errado el camino. Gautama llegó al país de Gaya y se acomodó bajo la sombra de una frondosa higuera o “bodi”
(árbol de la sabiduría). Reflexionó 49 días con sus respectivas noches.
Pensó y pensó… Fue tentado por el demonio Mara quien le mandó bellas mujeres para seducirlo; tormentas,
rayos, terremotos… Todo fue inútil, finalmente Gautama venció. El día 49 despertó, conocía las respuestas. Ahora
había que divulgarlas, compartirlas con todos. Desde ese momento lo llamarían Buda, el iluminado.
Durante 40 años Buda predicó por todas las regiones del país. A los 80 años aceptó el final de su vida; tranquilo
y en paz, se despidió de sus discípulos y murió. Buda, como Jesús, no escribió nada, sólo predicó. Siglos después
de su muerte se escribieron sus enseñanzas. La máxima de todas ellas es “el justo medio”: el hombre debe vivir
una vida ordenada y responsable. Dejó reglas para sus seguidores. El Budismo se extendió no solamente en la
India sino en el mundo entero.
Calleja López, M. de la y otros. Literatura Universal, Santillana Preuniversitario, México, 2007, p.15
Actividad extraordinaria 2. Con base en la lectura, responde lo que se solicita.
1. ¿Cuál de las siguientes frases expresa el tema central del texto?
A) Vida y obra del profeta Gautama.
B) El Budismo a lo largo del tiempo.
C) Historia del rey Kapilovstu.
D) Vida de Siddhartha Gautama.
2. El propósito del texto es:
A) Argumentar la importancia del budismo en la actualidad.
B) Explicar hechos importantes de la vida de Buda.
Adjuntos:
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Con base a la lectura del texto sobre Buda respondemos:
- La frase que expresa el tema central del texto es: Vida de Siddhartha Gautama. El texto estuvo centrado en su vida, como llegó a ser iluminado. Se habló poco de su obra, no se dijo que era un profeta.
- El propósito del texto es: Explicar hechos importantes de la vida de Buda. El texto está enfocado en resaltar como logró su aprendizaje espiritual.
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