Ciencias Sociales, pregunta formulada por beatrizvera971, hace 1 año

breve comentario sobre este ejemplo..
Tomás es un niño activo y

participativo en la sala de clases, en general

tiene muy buenas relaciones con sus

compañeros; cuando comete errores en la

pizarra…se sonroja un poco pero luego

pregunta “¿puedo intentarlo otra vez?, me

equivoqué, ahora sí lo hago bien” y lo intenta

otra vez.

La tranquilidad y fortaleza con que se

relaciona Tomás nos despierta también una

sonrisa y lo animamos a intentarlo nuevamente,

pidiendo silencio y paciencia a los compañeros

–si es necesario- para que Tomás trabaje y lo

logre. En este caso estaremos reforzando su

seguridad, autonomía y propositividad frente a

un error. Lo más probable es que sus

experiencias en el vínculo primario hayan sido

fundamentalmente satisfactorias de cuidado y

protección otorgando seguridad para explorar,

errar y seguir sintiéndose querido.​

Respuestas a la pregunta

Contestado por VictorSedan
1

Respuesta:

Opino que gracias a este paciente y ejemplar trato que recibió Tomás, este ya no tendrá problemas ni miedo al equivocarse, ya que será lo suficientemente seguro y positivo para levantarse e intentar de nuevo. A la vez que habrá establecido fuertes lazos con este tipo de trato y con aquellos que se lo han dado, y no es de extrañar, es un trato que todos deberían recibir para ayudar al autoestima y aumentar nuestras capacidades de desarrollo social y laboral.

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