Castellano, pregunta formulada por axissss, hace 10 meses

blanca sol de mercedes cabello de carbonera desenlace porfavor


axissss: solo quiero el desenlace

Respuestas a la pregunta

Contestado por Andrew4912t
1

Respuesta:

Y al día siguiente, pidió a un fondista peruano, le preparara una cena criolla, queriendo así dar su primer protesta, contra todo lo que llevara el sello de su nobleza, de su aristocracia. Los licores quiso que fueran buenos y abundantes; las cuentas de la cena como del servicio de mesa, que fue preciso alquilar, serían pagados dos días más tarde.

Y así la señora Rubio, con la expresión de profunda desesperación, con el pulso trémulo y mordiéndose los labios, más como quien va a realizar crueles venganzas, que como quien va a llegar a un fin deseado; escribió varias cartas: la primera era para un viudo rico, un ex-ministro que le había rendido homenajes, furiosamente enamorado: otros muchos como este fueron también llamados: los invitaba a su casa para una cena de íntima confianza.

Blanca no dudaba un momento que sus invitados llegarían alegres y esperanzados. ¡Pues qué! ¡Acaso los llamaba pidiéndoles auxilio; demandándoles amparo, y suplicando le tendieran la mano para levantarse de su caída!...   —189→   Ella estaba bien segura que por el tenor de sus cartas, dejaba adivinar bien claro, que ella no decía: -¡Ven, ayudame a salvarme!, -sino al contrario: -Ven, acompañame a perderme...

Y con su acostumbrada sonrisa decía: -¡Nos perderemos todos!...

También hubieron mujeres invitadas; las vecinas del segundo piso: jóvenes y bonitas, que según informes recibidos, eran «mujeres de vida alegre».

-¿Se habrá vuelto loca Blanca Sol? -Se preguntaban unas a las otras mirando y remirando una esquelita de la señora de Rubio, en la cual las invitaba a tomar «una tacita de té» en compañía de amigos íntimos.

No, ella no había perdido el juicio: pero sí se preparaba a hacerle perder el juicio y la fortuna a muchos hombres.

Blanca no se equivocó, todos sus invitados acudieron presurosos. Y ella los esperó vestida sencillamente con bata de casa, como si quisiera manifestarles que esa invitación no era más que el principio de otras muchas que diariamente daría ella en su casa.

En la expresión de su semblante y en todo su porte, había algo insólito, algo extraordinario; era el descaro, la insolencia de la mujer que quiere expresar con sus acciones lo que no puede decir con el lenguaje hablado.

Ya llegará el momento que lo diga todo, pensaba ella: y sus palabras fueron tomando el tinte subido que retrataba su pensamiento y sus designios.

Y durante la cena ella dirigíase esta pregunta. ¿Qué pierdo esta noche? Y se contestaba a sí misma: ¡Nada; puesto que el honor y mi reputación los he perdido ya! Pero si no pierdo nada puedo ganar mucho, mucho...

¡Mañana habrá dinero para pagar mis deudas!...

Y después de la cena hubo grande algazara, loca alegría, cristales rotos, palabras equívocas y Blanca llegó hasta... ¡Silencio!...

No se debe describir el mal sino en tanto que sirva de ejemplo para el bien.

FIN

Explicación:

Otras preguntas