biografia de gilda ruiz en la danza paraguaya
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Alba llegó a la redacción de nuestro diario enfundada en un capri de jean y blusa de finos breteles. El pelo suelto con mucho volumen y maquillaje de tonalidades claras. Un look muy natural, que demostró su sencillez de siempre. Antes de comenzar la entrevista, pidió a nuestro jefe de fotografía que la retratara "linda y delgada". Tiene un humor excelente.
A pesar de haber estado "corriendo" horas antes, cumpliendo con su jornada laboral agitada, se mostró sonriente y le hizo mucha gracia recordar sus años de reina de belleza y conductora de TV. "Tenía 19 años cuando me presenté al certamen de Miss Paraguay.
No gané el título principal, pero igual, ser primera princesa me permitió viajar y representar al país". Fue a Japón para el concurso Miss Beauty International; a Londres y Noruega para Miss Mundo.
"Fueron experiencias muy enriquecedoras porque uno aprende a convivir con personas de otras nacionalidades, costumbres... Aparte adquirís madurez y responsabilidad, ya que estás representando a toda una sociedad, difundiendo sus costumbres, su idiosincrasia", asegura.
Después de estas vivencias, vino la televisión. Trabajó junto al actor argentino Víctor Laplace conduciendo el programa Juegue al Nueve. También estuvo al frente del espacio musical Chart attack, emitido por canal 9. Pero en ese entonces, para ella lo más importante eran sus estudios universitarios en la Facultad de Química de la Nacional.
Ni bien obtuvo el título de química analítica industrial, viajó al Brasil donde se especializó en alcohol carburante y azúcar, durante 6 meses. A su regreso, se dedicó a su profesión y, paralelamente, a sus clases de danza clásica y folclórica, desde donde se destaca actualmente como profesora. "Siempre me gustó enseñar. Desde joven fui ayudante de mis profesoras", revela.
Pasó por la compañía de Luis Calderini, por el ballet Yrasema, de la profesora Gilda Ruiz de Segovia hasta que decidió abrir su propia academia con Maribeth Brizuela.
Ya tienen dos locales, y muchos premios ganados tanto nacionales como internacionales. "Me siento realizada al ver a mis alumnos crecer en la academia, convertirse en bailarines y jóvenes sanos, inteligentes y dedicados a algo que les gusta. Soy feliz trabajando con niños y jóvenes".
Fuera de todo lo que significa trabajo, Alba se dedica a su único hijo Ayed Farid Zatar Cordero (10). "Es muy buen alumno y siempre le pido al divino Niño Jesús que me ayude a criar un hombre útil para esta sociedad", afirma.
A esto agregamos que Ayed es un destacado basquetbolista. Al parecer heredó la pasión de su abuelo Polo Cordero y su tío Edgar. "Es un deportista nato, también juega al fútbol y al golf", expresa orgullosa.
Alba no escapa de los deportes. "De haber jugado al básquet, creo que me hubiera destacado más que en la danza", se anima a confesar. En contrapartida, ganó medallas en natación. "Toda actividad deportiva me encanta", dice.
Y la practica. Separada desde hace algunos años, lleva una vida muy tranquila en total dedicación a sus afectos, a su hijo, a su trabajo y a su novio, que es arquitecto. ¿Cómo se llama? Prefirió dejarlo en el anonimato.
A pesar de haber estado "corriendo" horas antes, cumpliendo con su jornada laboral agitada, se mostró sonriente y le hizo mucha gracia recordar sus años de reina de belleza y conductora de TV. "Tenía 19 años cuando me presenté al certamen de Miss Paraguay.
No gané el título principal, pero igual, ser primera princesa me permitió viajar y representar al país". Fue a Japón para el concurso Miss Beauty International; a Londres y Noruega para Miss Mundo.
"Fueron experiencias muy enriquecedoras porque uno aprende a convivir con personas de otras nacionalidades, costumbres... Aparte adquirís madurez y responsabilidad, ya que estás representando a toda una sociedad, difundiendo sus costumbres, su idiosincrasia", asegura.
Después de estas vivencias, vino la televisión. Trabajó junto al actor argentino Víctor Laplace conduciendo el programa Juegue al Nueve. También estuvo al frente del espacio musical Chart attack, emitido por canal 9. Pero en ese entonces, para ella lo más importante eran sus estudios universitarios en la Facultad de Química de la Nacional.
Ni bien obtuvo el título de química analítica industrial, viajó al Brasil donde se especializó en alcohol carburante y azúcar, durante 6 meses. A su regreso, se dedicó a su profesión y, paralelamente, a sus clases de danza clásica y folclórica, desde donde se destaca actualmente como profesora. "Siempre me gustó enseñar. Desde joven fui ayudante de mis profesoras", revela.
Pasó por la compañía de Luis Calderini, por el ballet Yrasema, de la profesora Gilda Ruiz de Segovia hasta que decidió abrir su propia academia con Maribeth Brizuela.
Ya tienen dos locales, y muchos premios ganados tanto nacionales como internacionales. "Me siento realizada al ver a mis alumnos crecer en la academia, convertirse en bailarines y jóvenes sanos, inteligentes y dedicados a algo que les gusta. Soy feliz trabajando con niños y jóvenes".
Fuera de todo lo que significa trabajo, Alba se dedica a su único hijo Ayed Farid Zatar Cordero (10). "Es muy buen alumno y siempre le pido al divino Niño Jesús que me ayude a criar un hombre útil para esta sociedad", afirma.
A esto agregamos que Ayed es un destacado basquetbolista. Al parecer heredó la pasión de su abuelo Polo Cordero y su tío Edgar. "Es un deportista nato, también juega al fútbol y al golf", expresa orgullosa.
Alba no escapa de los deportes. "De haber jugado al básquet, creo que me hubiera destacado más que en la danza", se anima a confesar. En contrapartida, ganó medallas en natación. "Toda actividad deportiva me encanta", dice.
Y la practica. Separada desde hace algunos años, lleva una vida muy tranquila en total dedicación a sus afectos, a su hijo, a su trabajo y a su novio, que es arquitecto. ¿Cómo se llama? Prefirió dejarlo en el anonimato.
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