biografia de gabriel garcia marquez
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Los años de su primera infancia en Aracataca marcarían decisivamente su labor como escritor; la fabulosa riqueza de las tradiciones orales transmitidas por sus abuelos nutrió buena parte de su obra. Afincado desde muy joven en la capital de Colombia, Gabriel García Márquez estudió derecho y periodismo en la Universidad Nacional e inició sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario El Espectador.
A los veintiocho años publicó su primera novela, La hojarasca (1955), en la que ya apuntaba algunos de los rasgos más característicos de su obra de ficción. En este primer libro y algunas de las novelas y cuentos que le siguieron empezaron a vislumbrarse la aldea de Macondo y algunos personajes que configurarían Cien años de soledad, al tiempo que el autor hallaba en algunos creadores estadounidenses, sobre todo en William Faulkner, nuevas fórmulas expresivas.
Comprometido con los movimientos de izquierda, Gabriel García Márquez siguió de cerca la insurrección guerrillera cubana de Fidel Castro y el Che Guevara hasta su triunfo en 1959. Amigo de Fidel Castro, participó por entonces en la fundación de Prensa Latina, la agencia de noticias de Cuba. Al cabo de no pocas vicisitudes con diversos editores, García Márquez logró que una editorial argentina le publicase la que constituye su obra maestra y una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX, Cien años de soledad (1967).
Gabo en la época de Cien años (Barcelona, 1969)
Incubada durante casi veinte años y redactada en dieciocho meses, Cien años de soledad recrea a través de la saga familiar de los Buendía la peripecia histórica de Macondo, aldea imaginaria fundada por los primeros Buendía que es el trasunto de su localidad natal y, al mismo tiempo, de su país y del continente. De perfecta estructura circular, la novela alza un mundo propio, recreación mítica del mundo real de Latinoamérica, de un modo que ha venido a llamarse «realismo mágico» por el encuentro constante de lo real con motivos y elementos fantásticos. Así, en el relato de la fundación del pueblo, de su crecimiento, de su participación en las guerras civiles que asolan el país, de su explotación por parte de una compañía bananera estadounidense, de las revoluciones y contrarrevoluciones subsiguientes y de la destrucción final de la aldea (que confluye con la extinción de la estirpe de sus fundadores, condenada desde el principio a "cien años de soledad"), se entrelazan con toda naturalidad sueños premonitorios, apariciones sobrenaturales, pestes de insomnio, diluvios bíblicos y toda clase de sucesos mágicos, todo ello narrado en una prosa riquísima, fluida y cautivadora que hacen de la lectura un asombro y un placer inacabables.