biografía de Diego de arana
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Diego Barros Arana fue un historiador y educador chileno del siglo XIX, cuyo legado más importante fue la monumental obra titulada Historia General de Chile, escrita en 16 volúmenes entre 1881 y 1902.
Nació en Santiago el 16 de agosto de 1830 en el seno de una acomodada familia. Su padre, comerciante de profesión, estimuló tempranamente su afición por la literatura, las humanidades y la historia. Su formación inicial fue tradicional y católica, aunque el contexto intelectual caracterizado por el pensamiento laico, liberal y positivista de mediados del siglo XIX despertó en él un cambio ideológico, transformándose en uno de los intelectuales liberales más importante del país.
Desde pequeño demostró ser un gran lector, metódico y erudito. En sus investigaciones siguió el método narrativo aconsejado por Andrés Bello, de modo que su concepción de la Historia, propia del siglo XIX, exponía y ordenaba con imparcialidad los hechos históricos, sin interpretaciones ideológicas, poniendo en el centro la verdad histórica. Sus primeros trabajos estuvieron dedicados a traducciones de novelas europeas y su obra historiográfica se inició con artículos históricos y biografías publicadas en periódicos, hasta que a partir de la década de 1850, su inquietud por la Historia se materializó en la publicación de diversos libros.
Además de historiador, Barros Arana se desempeñó a lo largo de su vida como educador, ocupando altos cargos de dirección en establecimientos educativos. Desde 1855 fue miembro de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile, decano de la misma Facultad en 1871 y Rector de la Universidad entre 1893 y 1897. En 1863 fue Rector del Instituto Nacional donde llevó a cabo una reforma orientada hacia el establecimiento de una educación con base científica y orientada por los principios laicos. Fue objeto de duros ataques por parte de posiciones conservadoras y católicas del país. Desde su posición de Decano de la Facultad de Humanidades, evaluó negativamente la formación religiosa en Chile, mientras que los cambios en el Instituto Nacional generaron un hondo descontento entre los clericales. Como abierto opositor al gobierno de Manuel Montt (1851-1861) fue desterrado de Chile viviendo en países latinoamericanos y europeos, experiencia que le permitió acceder a documentos inéditos de la historia nacional depositados en bibliotecas, archivos y colecciones alrededor del mundo, como el Museo Británico o el Archivo General de Indias, en Sevilla. Del mismo modo, años después se opuso decididamente al gobierno de José Manuel Balmaceda (1891), debiendo esconderse en la Recoleta Dominica al estallar la guerra civil de 1891. Sin embargo, el nuevo gobierno de Jorge Montt (1891-1896) lo reintegró a sus labores académicas al nombrarlo rector de la Universidad de Chile.
Como la mayoría de los intelectuales de la época, Diego Barros Arana poseía la convicción de que debía prestar servicio a la nación. De ahí que además de educador e historiador, también fuera un hombre público y político. Debido a su erudición en materias históricas y geográficas, sirvió en los gobiernos de Federico Errázuriz Zañartu (1871-1876) y Aníbal Pinto (1876-1881) como ministro plenipotenciario y perito en la Comisión de Límites con Argentina desde la década de 1870.
Golpeado por una grave enfermedad, falleció el 4 de noviembre 1907 a los 77 años de edad. La Biblioteca Nacional conserva hoy su patrimonio y rinde homenaje a su obra a través de la Biblioteca Americana Diego Barros Arana.