biografia de alejandro mejia velasco
Respuestas a la pregunta
Desde la época de estudiante en la escuela municipal Nelson Mateus Macías, que dirigió el poeta y maestro Lauro Dávila, autor de la letra de Guayaquil de mis amores, en el sector de Chile y avenida Olmedo, Alejandro Velasco Mejía sintió el llamado de la literatura.
Cuenta que en ese plantel solía participar en las horas sociales y en las jornadas diarias ansiaba las clases de lectura para tener al alcance libros con temas fascinantes, como ocurrió con Las mil y una noches.
En esas aulas comenzó a borronear algunas composiciones que, al mostrárselas a maestros y amigos, dudaban que fueran de su autoría, por lo que varias veces los atribuyó a bardos conocidos.
Leía sus trabajos
En su juventud iba a fiestas donde leía sus trabajos, pero hubo quienes reconocieron sus aptitudes y otros que mantuvieron la duda de sus escritos.
En igual forma eso le ocurrió las veces que llevó sus originales a los periódicos de la urbe y recibió la negativa a sus pedidos de publicación.
La respuesta favorable ocurrió al entregar su romance de presentación en diario El Telégrafo. Desde entonces envió colaboraciones a La Nación y EL UNIVERSO, que difundieron sus creaciones con más frecuencia.
Alejandro Velasco Mejía es autodidacto y repite con frecuencia que no pertenece al grupo de los académicos. Sin embargo, su obra al paso del tiempo alcanzó madurez y fue reconocida aquí y en el exterior, pues algunos de sus poemas se tradujeron al ruso, alemán y otros idiomas.
Entre las primeras publicaciones con que ingresó a la bibliografía nacional constan: Árbol de paz y Tierra nueva; luego editó el libro de romances populares Romancero del Guayas.
Tiene listo El panadero, que recoge sus inspiraciones de los últimos años. Aficionado a la música, compuso (letra y música) las piezas Serenata guayaca y Yo soy el pueblo, que grabó el tenor Ángel Oyola.
Pero cuando participa en actos culturales y reuniones de amigos siempre le piden recitar Sabina, un romance que lo identifica.
Preseas
Aunque conserva sus atributos de hombre modesto identificado de por vida con las clases populares, Velasco Mejía aceptó preseas Al Mérito Literario de la Municipalidad de Guayaquil en 1991 y del Congreso Nacional.
Antes las mismas instituciones le otorgaron idénticas preseas. Ostenta además reconocimientos de la Universidad de Guayaquil, Asociación de Periodistas Guayaquil, Municipalidad de Montecristi y numerosas instituciones nacionales.
Alejandro Velasco Mejía confiesa ser un hombre de izquierda y que cuida que sus versos sean el reflejo de la lucha, porque el verdadero pueblo logre la transformación que tanto anhela.
Enamorado de las tradiciones, pero de la mano con el progreso urbanístico, jamás olvidó cantar al río y a la ciudad en todas sus expresiones vernáculas, sin olvidar tampoco al habitante de los estratos populares.
Por ello en 1998 el Centro Municipal de Cultura del Ayuntamiento porteño le otorgó la placa de bronce que lo declaró Romancero Guayaquileño, que comparte tal título especialmente con Abel Romeo Castillo, Jorge Pincay Coronel y Hugo Vázquez Almazán.
Es jubilado del Departamento de Aseo de Calles de la Municipalidad de Guayaquil, en el que trabajó 47 años consecutivos.
Últimamente solo se dedica a leer cuando su visión se lo permite y no se agota; conserva su temperamento tranquilo, pero en el momento de hablar de política, malos gobiernos, falsos líderes y armamentismo que busca la guerra, su voz cambia y agita los brazos para condenar con énfasis esos absurdos, como suele llamarlos.
MUY PERSONAL
Nombres
Alejandro Teodomiro Velasco Mejía.
Nacimiento
Guayaquil, 19 de mayo de 1915. Actualmente tiene 87 años.
Padres
Juan Manuel Velasco Castillo y Mercedes Mejía Martínez.
Hermanos
Aníbal, Ezequiel (+), Mercedes, Gloria, Alalía, Juan y Julio.