Biografía de 3 Santos xf
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Respuesta:
San Mateo
Este 21 de septiembre, día de la primavera y del estudiante, celebramos también la fiesta de un santo muy importante: San Mateo, apóstol y evangelista.
Mateo era un publicano, un recolector de impuestos. No era precisamente querido por sus compatriotas: los publicanos eran despreciados por trabajar juntando dinero para los romanos, lo que les permitía, guardando algo para ellos, vivir cómodamente.
En la Biblia encontramos el momento en que Mateo es llamado por Cristo (Mt. 9, 9; Mc 2, 13-14 y Lc 5, 27-28): "Después Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió."
Más tarde, Mateo haría para Jesús un banquete en su casa. Esto provocó el escándalo de los fariseos, cuando vieron que Jesús y sus discípulos compartían la mesa con publicanos y pecadores. Jesús respondería a esta protesta diciendo que no había venido a buscar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan.
Como discípulo y apóstol, Mateo siguió a Jesús, fue testigo de su Resurrección y Ascensión, y recibió el Espíritu Santo junto con María y los otros apóstoles. De su carrera posterior, no sabemos mucho, aunque tenemos la certeza de que continuó predicando el Evangelio durante toda su vida y que murió mártir.
Si hay algo que realmente podemos destacar de San Mateo, es su disponibilidad para seguir el llamado de Cristo. Jesús le dice "sígueme" y él, sin dudas ni preguntas, lo hace. Ante esa invitación, tiene dos alternativas: quedarse, seguir con su vida cómoda y sin preocupaciones, pero vacía y sin sentido, o arriesgarse, dejarlo todo, y acompañar a Cristo.
Nuestra época se caracteriza por ser una en donde se pone al confort y la falta de esfuerzo por encima de todo; la gente habla de la muerte de los ideales. Nosotros, que también hemos sido convocados, nos encontramos frente a la misma decisión que debió tomar Mateo: replegarnos sobre nosotros mismos, o arriesgarse a seguir a Cristo, anunciándolo, sabiendo que el tesoro que hemos recibido es para ser compartido. Nadie puede quedar ajeno a este llamamiento. El saber que Jesús nos ama y nos invita a seguirlo, debe ser para nosotros, como lo fue para Mateo, motivo de alegría y motor para la evangelización en nuestro entorno, a lo largo de nuestra vida. Y la vida y muerte de Mateo, ejemplo e ideal.
San Juan el Bautista: allanando el camino para Dios
Una voz gritaba en el desierto: ¡Preparen los caminos del Señor! Esa voz era la de San Juan Bautista, el precursor de Jesús, el último y más grande de los profetas.
La madre de Juan era Isabel, parienta de la virgen María, casada con Zacarías, un sacerdote del templo de Jerusalén. Era de edad avanzada, pero concibió a Juan por una gracia que Dios le concedió.
Juan vivió en el desierto durante mucho tiempo hasta hacer su aparición pública a los treinta años de edad. Vestido apenas con una túnica de pelo de camello y un cinturón de cuero, este hombre empezó a predicar la penitencia y el bautismo en las orillas del río Jordán, atrayendo grandes multitudes. Jesús mismo se hizo bautizar por él, y Juan lo reconoció como el Mesías. Cuando Cristo se marchó a predicar a Galilea, Juan continuó haciéndolo en el Jordán, anunciando la venida del Salvador, y denunciando las injusticias.
Acusaba a Herodes, el gobernante de Galilea, por su unión ilegítima con Herodías, la mujer de su hermano. Herodes lo mandó encarcelar, pero le temía y respetaba, y por eso no lo ejecutó.
En una fiesta, Salomé, la hija de Herodías, bailó para Herodes, y este quedó tan satisfecho que prometió recompensarla con lo que quisiese. Aconsejada por su madre, pidió la cabeza del Bautista. Herodes, a pesar de estar entristecido, no quiso volverse atrás y lo mandó decapitar. Así murió aquel de quien Jesús dijo "les aseguro que no nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista".
Una virtud que me gustaría destacar de Juan es su fortaleza frente a las contrariedades. No tuvo miedo de decir la verdad, ni de enfrentar a la muerte, sabiendo que cumplía la misión que Dios mismo le había encomendado. Hoy en día, a nosotros muchas veces nos da vergüenza manifestar nuestra fe, como si fuera algo inútil y anticuado.
Recordemos que nosotros, como él, estamos llamados a "allanar el camino para el Señor", en nuestro entorno diario, en el ambiente en que Dios nos ha puesto: el trabajo o el colegio, la familia y el deporte, nuestros amigos... Anunciemos a Dios en esos lugares, con palabras, pero sobre todo con ejemplos, como lo hizo Juan
La vida de San Juan está llena de enseñanzas y ejemplos para nosotros. Su nacimiento contra todo pronóstico, es un canto a la esperanza y la confianza en Dios; su vida, un ejemplo de austeridad y humildad; su muerte, un signo de valor y coherencia en estos tiempos en que, como en la época del Precursor, reina la confusión.
Explicación:
San Mateo
San Juan el Bautista
San Juan Bosco
Respuesta:
és del mês de Junio pq necesito