Ayudenme por favor, necesito un guion de teatro sobre los valores y respeto en clase con 8 personajes doy puntos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las muletas
«Había una vez un país donde todos, durante muchos años, se habían acostumbrado a usar muletas para andar. Desde su más tierna infancia, todos los niños eran enseñados debidamente a usar sus muletas para no caerse, a cuidarlas, a reforzarlas conforme iban creciendo, a barnizarlas para que el barro y la lluvia no las estropeasen. Pero un buen día, un sujeto inconformista empezó a pensar si sería posible prescindir de tal aditamento. En cuanto expuso su idea, los ancianos del lugar, sus padres y maestros, sus amigos, todos le llamaron loco: "Pero, ¿a quién habrá salido este muchacho? ¿No ves que, sin muletas, te caerás irremediablemente? ¿Cómo se te puede ocurrir semejante estupidez?"
Pero nuestro hombre seguía planteándose la cuestión. Se le acercó un anciano y le dijo: "Cómo puedes ir en contra de toda nuestra tradición. Durante años y años, todos hemos andado perfectamente con esta ayuda. Te sientes más seguro y tienes que hacer menos esfuerzo con las piernas: es un gran invento. Además, ¿cómo vas a despreciar nuestras bibliotecas donde se concreta todo el saber de nuestros mayores sobre la construcción, uso y mantenimiento de la muleta? ¿Cómo vas a ignorar nuestros museos donde se admiran ejemplares egregios, usados por nuestros próceres, nuestros sabios y mentores?"
Se le acercó después su padre y le dijo: "Mira, niño, me están cansando tus originales excentricidades. Estás creando problemas en la familia. Si tu bisabuelo, tu abuelo y tu padre han usado muletas, tú tienes que usarlas porque eso es lo correcto."
Pero nuestro hombre seguía dándole vueltas a la idea, hasta que un día se decidió a ponerla en práctica. Al principio como le habían advertido, se cayó repetidamente. Los músculos de sus piernas estaban atrofiados. Pero, poco a poco, fue adquiriendo seguridad y, a los pocos días, corría por los caminos, saltaba las cercas de los sembrados y montaba a caballo por las praderas.
Nuestro hombre del cuento había llegado a ser él mismo».
Explicación:
De este hermoso cuento indio quiero destacar dos mensajes: uno es que la libertad no es un don natural inherente; hay que conquistarla y ejercerla. Nos exige un combate personal para vencer el miedo (Erich Fromm dixit) que nos provoca afrontar los riesgos de una decisión libre y autónoma. Por eso, muchos nunca querrán prescindir de la comodidad de lo conocido y soltar sus viejas muletas. El otro es el premio que merece la valentía de romper las ataduras y de arriesgarse a lo nuevo: disfrutar al máximo de la aventura del mundo y ser protagonista pleno de la propia vida.
La historia me sirve para situar un punto central de la educación moral actual. Son las personas seguras de sí mismas las que son capaces de actuar con ilusión y responsabilidad. Es importante que el profesor atienda verdaderamente a los alumnos en toda su complejidad personal, que aprenda a escucharlos y crea realmente en ellos para estimular la autoestima, la firmeza y la alegría de vivir. La educación moral no puede limitarse a la concienciación sobre los problemas éticos y sociales, las amenazas y los riesgos que pesan sobre nuestro mundo, tiene que hacerse desde el descubrimiento de las capacidades y las posibilidades humanas, desde el potencial de cambio que cada uno de nosotros posee y es capaz de generar, para lo cual la práctica dramática será un estupendo aliado.