ayúdenme con la biografia de armando hidrovo
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Carlos Armando Hidrobo Cevallos nació en Cotacachi, el 12 de septiembre de 1922. Compositor y violinista. Hermano menor de los músicos Marco Tulio y Luis Hermógenes Hidrobo Cevallos.
Los padres de Carlos Armando, Modesto Hidrobo Flores y Rosa Cevallos, vivían en la cárcel. Don Modesto era carcelero cuando en el pueblo no habían ladrones. El Concejo Municipal había instalado la imprenta en una sección de la cárcel. Cuando tenía 7 años, Armando había entrado a jugar en la imprenta y metió la mano derecha en los engranajes y perdió dos de sus dedos.
Don Modesto tenía gallos de pelea, les cuidaba como a niños bonitos y les entrenaba todos los días. Esos gallos de hermoso plumaje y parada aguerrida se comieron los dedos del niño. Ventajosamente la mano cercenada no le impidió en la ejecución instrumental.
Se ganó el sobrenombre de Manco. Algunos amigos músicos y la gente del pueblo le conocían con cariño y respeto como el Manco Hidrobo.
Su educación comenzó en la escuela de varones Antonio José de Sucre y terminó en la escuela Hermano Miguel de la ciudad de Quito. A los 13 años de edad ingresó a la Banda de Cotacachi.
Casualidad de la vida
Una mañana Armando correteaba sin zapatos detrás de la banda. El maestro Rafico Alejo tocaba el soprano y cargaba un tambor que no había quien toque. “Ve guambra, vení a tocar el tambor”, le había dicho el maestro agarrándole del cuello y así entró en la banda.
Comenzó a tocar tambor, después aprendió el alto, el barítono y finalmente la trompeta. A los quince años se dedicó al aprendizaje de los instrumentos de cuerda: guitarra, violín, bandolín, bandola y formó parte de la estudiantina “Santa Cecilia”, que después llegó a ser director. Desde entonces compuso pequeñas piezas populares como el pasodoble Marco; el pasillo Soñando y varios albazos.
A fines de 1943 el Municipio les concedió becas a Armando y Germán Proaño para que estudien en el Conservatorio Nacional de Música, en Quito. Armando estudió tres años trompeta. Lamentablemente, su instrucción musical se truncó cuando se terminó la beca y no tenía los recursos económicos.
Los padres de Carlos Armando, Modesto Hidrobo Flores y Rosa Cevallos, vivían en la cárcel. Don Modesto era carcelero cuando en el pueblo no habían ladrones. El Concejo Municipal había instalado la imprenta en una sección de la cárcel. Cuando tenía 7 años, Armando había entrado a jugar en la imprenta y metió la mano derecha en los engranajes y perdió dos de sus dedos.
Don Modesto tenía gallos de pelea, les cuidaba como a niños bonitos y les entrenaba todos los días. Esos gallos de hermoso plumaje y parada aguerrida se comieron los dedos del niño. Ventajosamente la mano cercenada no le impidió en la ejecución instrumental.
Se ganó el sobrenombre de Manco. Algunos amigos músicos y la gente del pueblo le conocían con cariño y respeto como el Manco Hidrobo.
Su educación comenzó en la escuela de varones Antonio José de Sucre y terminó en la escuela Hermano Miguel de la ciudad de Quito. A los 13 años de edad ingresó a la Banda de Cotacachi.
Casualidad de la vida
Una mañana Armando correteaba sin zapatos detrás de la banda. El maestro Rafico Alejo tocaba el soprano y cargaba un tambor que no había quien toque. “Ve guambra, vení a tocar el tambor”, le había dicho el maestro agarrándole del cuello y así entró en la banda.
Comenzó a tocar tambor, después aprendió el alto, el barítono y finalmente la trompeta. A los quince años se dedicó al aprendizaje de los instrumentos de cuerda: guitarra, violín, bandolín, bandola y formó parte de la estudiantina “Santa Cecilia”, que después llegó a ser director. Desde entonces compuso pequeñas piezas populares como el pasodoble Marco; el pasillo Soñando y varios albazos.
A fines de 1943 el Municipio les concedió becas a Armando y Germán Proaño para que estudien en el Conservatorio Nacional de Música, en Quito. Armando estudió tres años trompeta. Lamentablemente, su instrucción musical se truncó cuando se terminó la beca y no tenía los recursos económicos.
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