ayudenme a encontrar falacias y de que tipo son
En el escenario político de la Asamblea Nacional, el diálogo es la única forma de buscar consensos, los votos requeridos para las reformas que proponga el Gobierno o simplemente ventilar las discrepancias de modo civilizado, como corresponde a una sociedad democrática.
La tarea de la Ministra de Gobierno es ardua. Hay que hablar con todos los bloques: correísmo, Pachakutik, Izquierda Democrática, Socialcristiano e independientes. Buscar los mayores puntos de acuerdo.
El bloqueo no debiera ser la respuesta; y aunque ya hay discrepancias, no serían sanas posturas ciegas, maximalistas ni terminales.
Para zanjar diferencias existe la posibilidad de una consulta popular. Aunque la credibilidad y la aceptación del Presidente hoy es alta, el capital político no dura para siempre. La consulta podría ser un camino para trazar el rumbo correcto.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los analistas hablan de acciones transversales, simultáneas, en distintos frentes. Así, la economía y el empleo, la propia salud y educación -que deben mejorarse y transformarse-, la seguridad y la gobernabilidad.
El Gobierno proclamó el momento como del encuentro. Para ello, el diálogo abierto y el respeto a todas las opiniones en un marco de libertad es el escenario deseable, aunque a veces sea una misión imposible.
Pronto arribarán a la Asamblea nuevos proyectos enviados por el Ejecutivo. Ya están allí las reformas a la Ley de Comunicación y de Educación Superior.
Se espera una ley tributaria y, como anunció el Presidente en la entrevista con EL COMERCIO, una ley de creación de oportunidades. El Ministro de Trabajo se explaya fomentando explicaciones con actores sociales y gremiales.
Guillermo Lasso dijo que el gobierno del encuentro promueve el diálogo, pero actuará con firmeza porque no se puede pasar dialogando y que pasen los años con los mismos indicadores de pobreza. Claro.
En el escenario político de la Asamblea Nacional, el diálogo es la única forma de buscar consensos, los votos requeridos para las reformas que proponga el Gobierno o simplemente ventilar las discrepancias de modo civilizado, como corresponde a una sociedad democrática.
La tarea de la Ministra de Gobierno es ardua. Hay que hablar con todos los bloques: correísmo, Pachakutik, Izquierda Democrática, Socialcristiano e independientes. Buscar los mayores puntos de acuerdo.
El bloqueo no debiera ser la respuesta; y aunque ya hay discrepancias, no serían sanas posturas ciegas, maximalistas ni terminales.
Para zanjar diferencias existe la posibilidad de una consulta popular. Aunque la credibilidad y la aceptación del Presidente hoy es alta, el capital político no dura para siempre. La consulta podría ser un camino para trazar el rumbo correcto.
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