ayudaaaaa con estas 2 tareas les doy 10 puntos a dos personas que me respondan bien
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1=Jesús tenía un cuerpo humano.
2= Es amigo aun de los pecadores; se atreve a amar a sus enemigos. Es muy leal con nosotros.
Respuesta:
aracterísticas y alcances de la humanidad de Jesucristo
Jesús es tan divino -se piensa- que no ha podido ser muy humano. Sucede también lo contrario. No falta quien afirma que es tan humano que no ha podido ser divino. Ambos modos de concebir a Jesucristo son comprensibles toda vez que la Encarnación del Hijo de Dios es un auténtico misterio que pone en jaque nuestros esquemas mentales. Creer en Jesucristo es en sentido estricto una cuestión de fe.
Es arduo para el pensamiento hacerse a la idea de reunir en una sola persona dos magnitudes que parecen competir entre sí: si Jesús ha sido Dios no ha podido morir; si ha sido hombre no puede estar vivo. Sin embargo, humanidad y divinidad no compiten en Jesucristo sino que su divinidad perfecciona su humanidad y ésta, más que cualquier otra realidad creada o mensaje celestial, revela cómo es verdaderamente Dios y cómo se llega ser hombre en plenitud. Jesús es la máxima autocomunicación de Dios y la mayor expresión de la humanidad. Nunca más que en él el hombre fue más hombre porque nunca más que en él Dios se dio tan por entero.
Desde el Nuevo Testamento en adelante, pasando por lo mejor de su Tradición, la Iglesia ha sostenido que Jesucristo ha sido igual a nosotros en todo, a excepción del pecado (Hb 4,15). No es necesario hacer de Jesús un “pecador” como nosotros para que sea más humano, porque el pecado no constituye un ingrediente que perfeccione nuestra condición, sino que la degrada. Jesús sí compite contra el pecado, no contra la humanidad. Encarnándose, el Hijo de Dios compite con el pecado para salvar la humanidad del sufrimiento y de la muerte. En consecuencia, mientras nuestra idea de Dios más se parezca al hombre Jesús más cerca estaremos de conocerlo a El y la bondad de una creación permanentemente puesta en duda por aquellos que quieren hacernos creer que el mal es un contenido “natural”.
El reconocimiento de la humanidad de Jesucristo es más precisamente una cuestión de fe en la liberación del ser humano de la maldad y de la injusticia. Si la perfección de su humanidad estriba en poseer una psicología como la nuestra, más perfecta es cuando Jesús en obediencia a su Padre inaugura entre nosotros el reinado de la misericordia liberadora de Dios.
I. La Psicología de Jesús
Sea para nosotros Jesús un hombre divino, sea un Dios humano, no será fácil explicar cómo se articulan en la unidad psicológica de su persona trinitaria estos dos aspectos suyos, su humanidad y su divinidad. La psicología humana de Jesús es una prolongación de la psicología divina que el Hijo comparte con su Padre por toda la eternidad. La psicología humana de Jesús no subsiste autónomamente, ni es previa a la Encarnación, aun cuando Jesús de Nazaret sólo humanamente sepa que su identidad profunda es divina y no creada. La integración de la psicología humana de Jesús a su psicología divina, que históricamente se cumple en la relación de amor entre Jesús y su Abbá, expresa la unidad de conciencia y voluntad eternas entre el Hijo y el Padre. El tema ha sido debatido a lo largo de toda la historia de la Iglesia y continuará siéndolo .
Desde antiguo, la tradición antioquena que ha sostenido que Jesús es un hombre divino tiene dificultades para otorgarle un conocimiento y libertad divinos que predominen sobre su humanidad por el puro desequilibrio de las fuerzas y, por supuesto, todo otro tipo de facultades “extra-humanas”. Esta postura preserva un criterio teológico fundamental, a saber, que lo que en Cristo no ha sido asumido tampoco será salvado; si Jesús carece en algún aspecto de humanidad, como ser algún instinto humano o alma racional, si alguno de estos aspectos es anulado en su autonomía creada ubraya a tal grado el