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Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Dios había prometido a Abraham que su descendencia sería grande sobre la tierra y que sería padre de «muchedumbre de gentes» (Génesis 17 RVR 1960). Esta promesa fue dada en circunstancias especiales, pues él y su esposa Sara no tenían hijos y ya eran personas de avanzada edad, y humanamente era imposible que concibieran. Sara, en vez de confiar en la fidelidad y poder de Dios, busca solución por ella misma y decide entregar a Agar, su criada egipcia, a Abraham para que tengan un hijo de ella. Lo cual, en efecto, sucedió. Los invito a que lean los interesantes capítulos del 15 al 21 del libro de Génesis y vean los detalles de todo lo que aconteció entre ambas mujeres, el nacimiento de Ismael, así como de Isaac, el hijo de la promesa de Dios. A continuación, nos enfocaremos en la historia de Agar y su experiencia con Dios, en los momentos de angustia y desesperación que vivió en el desierto, junto a su hijo Ismael.
Agar era una joven egipcia, con creencias distintas a las de sus amos. Sin embargo, al ser la sierva de Sara por muchos años, debió tener la oportunidad de conocer al Dios que ellos adoraban. Después que ella quedó embarazada, tomó una actitud altiva hacia Sara, y ésta optó por afligirla día y noche. Por lo que Agar decide huir de la casa. Agotada de andar, se recostó en una fuente de agua en el desierto y ahí la visita Jehová; le dice que regrese con Sara y que sea sumisa ante ella. También le da profecía al hijo que lleva en su vientre. Es ahí, en la soledad de ese lugar, que Agar tiene una experiencia con ese Dios que había visto de lejos, pero que no conocía por sí misma. Ahora reconoce que ese Dios que habla con ella había visto su aflicción y que es el mismo Dios de sus amos. Es el Dios que lo ve todo y que no hay nada oculto delante de Él. «Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? (Gn 16:13-14 RVR 1960). Esa experiencia con Dios marcó la vida de Agar y consagró aquella fuente como «pozo del Viviente-que-me-ve». Esta es una clara señal, que ella hizo pacto con Dios de obedecerle y serle fiel de ese día en adelante, porque ese Dios que se le reveló, era el Dios que había tenido cuidado de ella.
Explicación: