Musica, pregunta formulada por Stefany10220, hace 1 año

ayuda xf hagan un comentario de La historia del camello que llora - Davaa/Falorni

Respuestas a la pregunta

Contestado por gustavosalinas451
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Un documental se plantea no simplemente como una necesidad de mostrar un evento determinado, sino de apuntar, de guiar la mirada hacia aquello que el documentalista quiere que el espectador vea, y pasando por los diversos filtros de rigor (la mirada del documentalista, la cámara, el montaje y lo que éste elimina) “La historia del camello que llora” se presenta como un intento de que veamos algo que en nuestra vida cotidiana seríamos incapaces de ver. Un mirar humanista por sobre un tipo de observación puramente científico y antropológico –o zoológico- como suele ser el estilo documental de la Nacional Geographic (quien produjo, junto con la Escuela de cine de Munich, este filme). Un deseo de grabar una realidad que no está dada de antemano, ni un intento por rehacerla, si no de capturar un aspecto de ella, a través de imágenes sensibles y una cámara amable y por crear, a partir de las imágenes y la naturaleza, una obra que emociona.

La historia transcurre en el desierto de Gobi, en el sur de Mongolia. Ahí habita una familia de pastores nómadas que ayuda a los nacimientos de una manada de camellos. El documental sigue a este grupo de pastores, entra en sus carpas, los acompaña mientras comen o mientras el abuelo cuenta las historias tantas veces escuchadas por la familia. Paralelamente a ellos, nos introduce a la historia de un camello que ha tenido problemas en un parto, que ha sido tan difícil y doloroso que cuando la madre da a luz se niega a acercarse a su cría y a alimentarla. El pequeño camello, vulnerable, la persigue, llora. Para la supervivencia del bebé camello, la familia se toma en sus manos la tarea de reunirlos y lograr que la madre se deje amamantar.

Tres cosas que decir:

1) De alguna manera en la figura del camello bebé confluyen todos aquellos animales y mascotas que hemos tenido o querido alguna vez. En este ejercicio probablemente involuntario, resulta difícil que el espectador quede ajeno a la suerte del camello.

2) Me gustaría destacar la escena del ritual: para reunir a madre y cría, la familia pide ayuda a un maestro de música de una aldea cercana. Con un instrumento a cuerda que cuelga de la joroba de la madre + una melodía simple que emana de otro instrumento en manos del músico + una suerte de mantra –de un solo sonido- que repiten los pobladores del desierto, de la camella madre empiezan a brotar lágrimas, mientras de a poco se va acercando a su hijo y lo alimenta. Esta “sabiduría” poética e inexplicable es, sin duda, lo que hace valioso y notable y bello a este documental.

3) El hijo pequeño, un niño de unos cinco años, viaja a la aldea en busca del músico y en una de las casas se encuentra, y se fascina, con un televisor. En ese cruce de miradas -el niño y el espectador ambos embobados frente a la pantalla- ocurre un loop. El “aparato demoníaco” nos encara al niño y por apenas unos segundos, somos parte de lo mismo. La luz que emana de ambos artefactos (el televisor / la pantalla del cine), bien podría ser la luz de una hoguera que nos reúne a todos a su alrededor. “La historia del camello que llora” es un buen documental en tanto pulsión creativa que abre la puerta hacia una confrontación, un encuentro con una alteridad (y no sólo me refiero a los habitantes de Gobi) que cada cierto tiempo es importante recordar.

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