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Necesito encontrar el objeto lírico, hablante lírico, motivo lírico, temple de ánimo y actitud del hablante en los poemas es de lengua y literatura
Los Heraldos Negros” de César Vallejo:
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Segundo poema
“Aquí te amo” de Pablo Neruda:
Aquí te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.
Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.
O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento, quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.
Respuestas a la pregunta
Se establece el objeto lírico, hablante lírico, motivo lírico, temple de ánimo y actitud del hablante en los poemas: "Los Heraldos Negros” de César Vallejo y “Aquí te amo” de Pablo Neruda, se detalla a continuación:
Poema: "Los Heraldos Negros” de César Vallejo:
Objeto lírico: Los Golpes en la vida o momentos de mayor dolor en la vida.
Hablante lírico: Un hombre decepcionado, resentido y herido en sus sentimientos o que ha recibido muchos golpes en la vida.
Motivo lírico: Tristeza, dolor, resentimiento.
Temple de ánimo: Depresión por lo golpes recibidos en la vida.
Actitud del hablante: Decepción, resentimiento.
Poema: “Aquí te amo” de Pablo Neruda:
Objeto lírico: Los Golpes en la vida o momentos de mayor dolor en la vida.
Hablante lírico: Un hombre enamorado que extraña al ser amado.
Motivo lírico: Enamoramiento.
Temple de ánimo: Añoranza por el ser amado.
Actitud del hablante: Romántico, enamorado, extrañando al ser amado.