AYUDA! ¿Qué trabajos tuvo que hacer Williamina Fleming antes de ser reconocida como científica?
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Williamina Paton Stevens Fleming tenía 23 años y estaba embarazada y sola en Boston, lejos de su Escocia natal y abandonada por su marido tan solo dos años después de casarse. Las cosas no pintaban nada bien para ella: no tenía un sitio donde vivir, no tenía dinero y se enfrentaba a la perspectiva de ser madre soltera en un país extranjero para ella.
Así que se afanó en buscar trabajo, y lo encontró. Se presentó para un puesto de sirvienta y ama de llaves en el Harvard College Observatory. Probablemente aquello supuso un golpe para su orgullo: Williamina llevaba años trabajando como profesora, y pasar de ahí a limpiar el polvo no debió ser fácil. Pero la necesidad apremiaba y ella necesitaba un sueldo.
Lo que Williamina no sabía entonces es que este fue el primer paso de una exitosa carrera como astrónoma que la llevaría a catalogar más de 10.000 estrellas y a descubrir otras 300 además de novas, nebulosas, enanas blancas y otros tipos de cuerpos celestes. Cuando el telescopio espacial Hubble nos mostró por primera vez imágenes de la peculiar Nebulosa de Cabeza de Caballo, hubo que reconocer que Williamina ya la había descrito al detalle décadas antes.
Pero en 1879 nada de todo esto estaba en la mente de esta inmigrante escocesa. En ese año, entrar a trabajar en el observatorio fue un acto de necesidad. Por entonces, el director del observatorio, Edward Pickering, tenía a un equipo de “computadoras humanas” que se dedicaban a analizar imágenes rudimentarias captadas con los telescopios de Harvard y de otros centros para calcular el brillo de las estrellas y tratar de calcular su posición.
El trabajo era realizado principalmente por hombres mal pagados, y Pickering dijo en alguna ocasión que las tareas eran tan rudimentarias y sencillas que hasta su “sirvienta escocesa” podría hacerlo. Quizá lo dijo porque intuía el potencial de Williamina. En cualquier caso, en 1889, con 33 años, ella terminó al mando de las contrataciones, favoreciendo que más mujeres accediesen a estos puestos y con ello dando forma a lo que se conocería como el harén de Pickering. Una de estas mujeres sería Henrietta Swan Leavitt, que más adelante descubriría un método para medir el tamaño del universo.