Castellano, pregunta formulada por jacker0022, hace 9 meses

Ayuda porfavor solo son 5 preguntas

CON BASE EN LA LECTURA RESPONDE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS.:

1. ¿Pará qué fue creado el mundo?

2. ¿Por qué y para qué existe el ser humano?

3. ¿Cómo es el uso que el hombre le ha dado a la ciencia y las creencias?

4. ¿Por qué hay tanta desigualdad?

5. ¿Cuál sera el final del principio?

EL FINAL DEL PRINCIPIO

En el principio creo Dios los cielos y la tierra. Y creó Dios el agua, la vegetación, los animales y, por último, al hombre y a la mujer. Y la tierra era un paraíso hermoso. No había contaminación, ni odio, ni hambre. Entonces, los hombres construyeron casas para resguardarse de la lluvia, tener un hogar y para descansar por las noches. En el día algunos hombres salían a cazar y otros cultivaban la tierra para llevar alimento a casa. Mientras tanto las mujeres se dedicaban a preparar comidas deliciosas y a cuidar a los niños más pequeños. Por las noches, las familias salían a recibir aire fresco a la luz de las estrellas y la luna. Los ancianos contaban historias de dioses y fantasías que los niños escuchaban con gran atención. La vida transcurrida de manera tranquila y sin mucha novedad. Había tiempo para todo, tanto que los hombres empezaron a preguntarse el porqué de los fenómenos naturales. Entonces empezaron a descubrir principios científicos. Y se invento la escritura, para que ellos pudieran dejar memoria de su existencia en el tiempo. Así, los más viejos educaban a los más jóvenes, y con el tiempo decidieron que era necesario crear escuelas. Al principio era interesante y divertido ir a la escuela. Aprender era un juego en el que todos participaban, pues no era complicado hacerlo. A través de él los niños adquirían y desarrollaban estrategias que les permitían resolver problemas de la vida cotidiana, al tiempo que se preparaban para disfrutar de las posibilidades que la vida les ofrecía. Evaluar entonces... ¿Pará qué hablar de evaluación en un mundo donde nada de eso hacía falta? Era tanta la armonía, que nadie había inventado esa palabra. Los hombres, sin embargo, no se cansaban de pensar y pensar, y un día se cansaron de tener dioses invisibles y empezaron a darles forma humana con el martillo y el cincel. Y al ver su propia imagen reflejada en las deidades se sintieron poderosos y dijeron; - ¡Vamos a transformar el mundo! Y el mundo empezó a cambiar: Construyeron grandes ciudades. Hicieron uso de la ciencia en forma desmedida y cruel, creando tecnologías poco convenientes para la humanidad. Ya eran poderosos, y querian ser todavía más ricos y poderosos por medio de ello. Las escuelas, que hasta hacía poco eran recintos abiertos y amenos, se transformaron en espacios cerrados donde los profesores se dedicaban a instruir, sancionar, disciplinar y controlar a los estudiantes. Y surgió la palabra "evaluación" y todo, absolutamente todo, comenzó a ser evaluado: la indumentaria, el comportamiento, el pensamiento, el rendimiento, el conocimiento, la eficiencia, la productividad, los procesos, la industria, los servicios, los docentes, los médicos, la vida... La vida humana se convirtió, entonces, en una especie de engranaje, pues todas las personas empezaron a actuar de manera mecánica, y el tiempo, que en el principio sobraba, empezó a faltar de manera caótica. Las ciudades se llenaron de humo, de hollín y de ruido. Los extensos valles y ríos del principio fueron desapareciendo, lo mismo que muchas especies animales. Mientras tanto, los hombres, serios e insertos cada vez más en el sistema, se inventaron nuevos vocablos como "capital humano", "neoliberalismo", "libre comercio"... Y se hicieron cada vez más esclavos del trabajo y la necesidad de producir y de vender. Y los ricos fueron cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
Y hubo mucha desigualdad, hambre, guerras, muerte, soledad, enfermedades y miseria en el mundo. El corazón de los hombres se enfrió y los tiempos antiguos, los del principio, fueron tomados como una utopía para las nuevas generaciones. Nadie creí que alguna vez hubiese existe una vida así. La tierra se fue convirtiendo en un lugar mecanizado, árido, contaminado, inerte, y un día cansada de que su situación empeorará, decidió explotar y acabar con todo lo que tenía dentro.

Fin.
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Respuestas a la pregunta

Contestado por joysse
8

Respuesta:

1. Para tener mas especies en el mundo.

2. Se beneficia de los descubrimientos de ciencias particulares como la biología, la psicología, la filosofía política, la historia o la teoría de la sociedad, entre muchas otras. Pero donde la Antropología pone a prueba su genuino carácter filosófico (esto es, su voluntad de comprender las causas últimas del fenómeno que estudia) es en la pregunta por el sentido último del hombre, esto es, para qué existe.

3. La historia del pensamiento humano es en gran parte la historia de las explicaciones que se han ido dando acerca del origen del universo, la naturaleza humana y el propio papel del ser en el mundo. Estas explicaciones se han fundamentado en una serie de respuestas religiosas, filosóficas y científicas (Pérez, Gutiérrez, García, Gómez, 2005) que tienen como base el sistema de creencias que el ser humano posee.

Denominar lo intangible es algo complicado y subjetivo, por ello, en algunas ocasiones el concepto de creencia resulta difuso y a pesar de las numerosas investigaciones realizadas siguen existiendo cuestiones controvertidas en torno a su definición (Llinares, 1995; Pajares, 1992).

Por lo anterior, existe en la literatura diferentes autores que se han esforzado por definir concretamente qué son las creencias.

4. La desigualdad social es la situación en que se encuentran las personas con acceso desigual a los recursos, servicios y posiciones que la sociedad valora.

Las causas de la desigualdad social son principalmente económicas, culturales y sociales.

5. Todas las actividades del ser humano están influidas por el estado de ánimo del momento que se atraviesa, sea personal o profesional, y en lo que atañe a escribir no es una excepción. Los momentos que me toca vivir ahora me han traído a la memoria uno de esos aforismos a los que estaba tan acostumbrado Winston Churchill. El que fuera primer ministro del Reino Unido hizo un juego de palabras con el que quería animar a sus paisanos y, de paso, a los de los países aliados acerca de la evolución que se vivía entonces en el campo de batalla durante la Segunda Guerra Mundial. «Esto no es el fin, ni siquiera el comienzo del final. Es, tal vez, el final del principio», dijo el político y estadista inglés refiriéndose a la derrota de los nazis en la batalla de El Alamein que supuso un punto de inflexión en el conflicto bélico.

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