ayuda plis,la pregunta se resuelve con el cuento
mil grullas de elsa bornemann
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación: 1. Introducción:
Cuento: Mil Grullas
Autora: Elsa Bornemann (Buenos Aires, 1952)
Género y Subgéneros Literarios: Narrativo – Prosa – Cuento
Fecha de publicación original: 2008
desarrollo:
Desde que ambos recordaban, sus pequeñas vidas en la cuidad japonesa de Hiroshima se habían desarrollado del mismo modo: en un clima de sobresaltos, entre adultos callados y tristes, compartiendo con ellos los escasos granos de arroz que flotaban en la sopa diaria y el miedo que apretaba las reuniones familiares de cada anochecer en torno a las noticias de la radio, que hablaban de luchas y muerte por todas partes. Sin embargo, creían que el mundo era nuevo y esperaban ansiosos cada día para descubrirlo. ¡Ah...y también se estaban descubriendo uno al otro! Se contemplaban de reojo durante la caminata hacia la escuela, cuando suponían que sus miradas levantaban murallas y nadie más que ellos podrían transitar ese imaginario senderito de ojos a ojos. Apenas si habían intercambiado algunas frases. El afecto de los dos no buscaba las palabras. Estaban tan acostumbrados al silencio... Pero Naomi, sabía que quería a ese muchacho delgado, que más de una vez se quedaba sin almorzar para darle a ella la ración de batatas de había traído de su casa. -No tengo hambre-le mentía Toshiro, cuando veía a la niña apenas si tenía dos o tres galletitas para pasar el mediodía.-Te dejo mi vianda-y se iba a corretear con sus compañeros hasta la hora de regreso a las aulas, para que Naomi no tuviera vergüenza de devorar la ración. Naomi... Poblaba el corazón de Toshiro. Se le anudaba en los sueños con sus largas trenzas negras. Le hacía tener ganas de crecer de golpe para poder casarse con ella. Pero ese futuro quedaba tan lejos
conclusion:
futuro inmediato de aquella primavera de 1945 fue el verano, que llego puntualmente el 21 de junio y anunció las vacaciones escolares. Y con la misma intensidad con que otras veces habían esperado sus soleadas mañanas, ese año los ensombreció a los dos: ni Naomi ni Toshiro deseaban que empezara. Su comienzo significaba que dejar de verse durante un mes y medio inacabable. A pesar de que sus casas no quedaban demasiado lejos un de la otra, sus familias no se conocían. Ni siquiera tenían entonces la posibilidad de encontrarse en alguna visita. Había que esperar pacientemente la reanudación de las clases. Acabó junio y Toshiro arrancó contento la hoja del almanaque... Se fue julio y Naomi arrancó contenta la hoja del almanaque Y aunque no lo supieran ¡Por fin llegó agosto!-pensaron los dos al mismo tiempo. Fue justamente el primero de ese mes cuando Toshiro viajó, junto con sus padres, hacia la aldea de Miyashima. Iban a pasar una semana. Allí vivían los abuelos, dos ceramistas que veían apilarse vasijasen todos los rincones del local. Ya no vendían nada. No obstante, sus manos viejas seguían modelando la arcilla con la misma dedicaciónde otras épocas. –Para cuando termine la guerra... -decía el abuelo.- Todo acaba algún día... – comentaba la abuela por lo bajo. Y Toshiro se sentía que la paz debería ser algo muy hermoso, porque los ojos de sus madres parecían aclararse fugazmente cada vez que se referían al fin de la guerra, talcomo a el se le aclaraban los suyo cuando recordaba a Naomi. ¿Y Naomi? El primero de agosto se despertó inquieta; acababa de soñar que caminaba, sobre la nieve. Sola. Descalza. Ni casas ni árboles a su alrededor. Un desierto helado y ella atravesándolo. Abandonó el tatami, se deslizó de puntillas entre sus dormidos hermanos y abrió la ventana de la habitación. ¡Qué alivio! Una cálida madrugada le rozó las mejillas. Ella le devolvió un suspiro. El dos y tres de agosto escribió, trabajosamente, sus primeros haikus. Lento se apaga el verano.