Ayuda .. necesito el cuento la aventura de Don Cuculí.. en.google no lo encuentro ..
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"Cuentos de cuculí", así se llama una serie de cómic boliviano, realizada por Álvaro Ruilova. El que poseo se llama "Noche de mercado", y corresponde al clásico año 1, número 1. Por suerte, después me enteré que el número 2, "El partido de la oscuridad" saldría también a circulación.
Para mí, la palabra cuculí solo me remitía a la memoria de la canción-huayño "Cuculisita", de Osvaldo Torres, esa que estaba incluida en "Levántate hijo", publicado por el Sello Alerce allá por 1980.
Pero en la editorial (editojorial, como en realidad se presenta) me entero que la palabra cuculí aquí se refiere a ciertas alimañas que se han denominado con ese nombre, seres "feos, sucios y dañinos; sin embargo, si nos ponemos a analizarlos, descubrimos extrañados que algo en estas criaturas nos resulta conocido, algo que está en nosotros -una parte, al menos-, la parte desagradable, mentirosa, pérfida... la parte asesina que cada quien alberga en el fondo de su alma. Los odiamos porque en ellos vemos algo de nosotros mismos".
La presencia de la Miqala en un mercado popular, recibiendo o más bien exigiendo cuerpos en sacrificio es lo suficientemente inquietante como para leer con avidez este cómic. Pero eso no es todo, es notable la capacidad de recrear -asumo, dado que desconozco abismantemente al respecto- esas zonas de la cultura boliviana; de recrear, digo, tradiciones de una manera tal que no quedan ancladas a los relatos decimonónicos, sino que se transforman en imágenes, de un presente real, a diferencia de otros esfuerzos de recrear en el cómic el universo de leyendas populares de nuestros países.
Tan real como esta imagen panorámica de La Paz que nos ofrece Ruilova.
Para mí, la palabra cuculí solo me remitía a la memoria de la canción-huayño "Cuculisita", de Osvaldo Torres, esa que estaba incluida en "Levántate hijo", publicado por el Sello Alerce allá por 1980.
Pero en la editorial (editojorial, como en realidad se presenta) me entero que la palabra cuculí aquí se refiere a ciertas alimañas que se han denominado con ese nombre, seres "feos, sucios y dañinos; sin embargo, si nos ponemos a analizarlos, descubrimos extrañados que algo en estas criaturas nos resulta conocido, algo que está en nosotros -una parte, al menos-, la parte desagradable, mentirosa, pérfida... la parte asesina que cada quien alberga en el fondo de su alma. Los odiamos porque en ellos vemos algo de nosotros mismos".
La presencia de la Miqala en un mercado popular, recibiendo o más bien exigiendo cuerpos en sacrificio es lo suficientemente inquietante como para leer con avidez este cómic. Pero eso no es todo, es notable la capacidad de recrear -asumo, dado que desconozco abismantemente al respecto- esas zonas de la cultura boliviana; de recrear, digo, tradiciones de una manera tal que no quedan ancladas a los relatos decimonónicos, sino que se transforman en imágenes, de un presente real, a diferencia de otros esfuerzos de recrear en el cómic el universo de leyendas populares de nuestros países.
Tan real como esta imagen panorámica de La Paz que nos ofrece Ruilova.
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