aspectos positivos de la nacionalización de la minas en Bolivia
Respuestas a la pregunta
La ponencia a este importante III evento de la sociología en nuestro país, versa sobre la problemática de la nacionalización de la minería en 1952 y sus resultados después de la quiebra del principal factor de acumulación de la economía boliviana. El trabajo está fundado en un trabajo de campo realizado para el proyecto de «Clasificación de aguas subterráneas», a cargo del SERGEOMIN1, de cuyo componente socioeconómico fui parte para el diagnóstico socioeconómico de las áreas de estudio: Tupiza, Atocha y Cotagaita. La oportunidad alimentó la convicción de la importancia que tiene el mostrar a un departamento conocido como región minera, sin considerar que esta es apenas una pequeña parte de su realidad potencial.
La realización de un estudio de clasificación de las aguas subterráneas en las cuencas que corresponden a los municipios de Tupiza, Cotagaita y Atocha, contribuirá de sobremanera a la definición de políticas de desarrollo regional para el departamento más pobre del país. Allí, el 80% de sus habitantes vive en la pobreza pese a contar con un emporio que, por sí mismo, bastaría para seguir generando riqueza y realización humana. Ello tiene sin duda que ver con el modo y las formas en las que se involucren los bolivianos para servir al país, en un espacio tan explotado y abandonado a la mayor contaminación de sus aguas, tierras y ambiente, como resultado de la acción depredadora de aquellos que sólo vieron en Potosí una fuente de minerales con alta demanda en el mercado internacional. Cuenta también, por ejemplo, el chantaje de gobernantes que condenaron a la población a seguir viviendo como mendiga si no accedía a la explotación el litio, siendo y cuando Potosí posee recursos y factores para resolver sus problemas sin seguir empobreciéndose por ambiciones externas y actitudes discriminatorias de grupos de poder locales. Precisamente estos últimos, que vivieron y viven al estilo e imitación de una forma de vida ajena a su realidad económica, social y cultural, son los que con el gran esfuerzo de su servilismo alimentan la acumulación de riqueza de sus expoliadores, impidiendo que sus verdaderos dueños ejerzan ese derecho.