Aspectos de la política internacional y Latinoamericana
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
1. William A. Hazleton: “Los Procesos de Decisión y las
Políticas Exteriores“. Publicado en Manfred Wilhelmy,
editor: La Formación de la Política Exterior. Los Países
Desarrollados u América Latina. Anuario RIAL. Buenos
Aires, EL, 1987.
2. Alberto Van Klaveren: “El Análisis de la Política Exterior
Latinoamericana: Perspectivas Teóricas“. Publicado en
Heraldo Muñoz y Joseph Tulchin, compiladores: Entre la
Autonomía u la Subordinación. Política Exterior de los
Países Latinoamericanos. Tomo I, Buenos Aires, EL,
1984.
3. Luis Maira: “Los Escenarios Internacionales y el Proceso
de Formación de las Políticas Exteriores". Publicado en
M.Wilhelmy, editor: La Formación de la Política Exterior.
Los Países Desarrollados u América Latina. Anuario
RIAL. Buenos Aires, EL, 1987.
4. Graham T. Allison y Morton H. Halperin: “Política
Burocrática: un Paradigma y algunas Implicaciones de
P olítica“. Publicado en La Toma de Decisiones hacia
América Latina. Cuadernos Semestrales del Instituto de
Estudios de Estados Unidos, CIDE, Nr 10, 22 semestre
1981.
5. W illiam Bacchus: El Contexto de la Elaboración de
Política Exterior. Publicado en: La Toma de Decisiones
hacia América Latina. Cuadernos Semestrales del
Instituto de Estudios de Estados Unidos, CIDE, Nr 10, 22
semestre 1981.
Respuesta:
La política internacional latinoamericana se enfrenta a un difícil panorama. El declive de Estados Unidos, el ascenso de China o la crisis de la globalización neoliberal son ideas que alimentan la imagen de un mundo en transición. En este marco, los países de la región parecen inclinarse por estrategias individualistas que, bajo una lógica del «sálvese quien pueda», no hacen más que erosionar las instancias colectivas de toma de decisiones. El resultado: un escenario de atomización que potencia la vulnerabilidad de los diferentes países y limita sus márgenes de acción frente a las grandes potencias.
Explicación:América Latina se encuentra dividida y eso la debilita, la hace vulnerable y la expone. Pero no expone a todos por igual. Los principales afectados por la puesta en marcha de políticas desarticuladas y fragmentadas son los sectores más postergados de la región, que son puestos al servicio de los intereses de los actores privilegiados, situados dentro y fuera de las fronteras nacionales. El contexto internacional ofrece incentivos para que esta situación vaya de mal en peor. Aquí nos concentraremos en tres de ellos: los que provienen de la distribución de poder, que se expresan en una reivindicación de los discursos de bipolarización Oeste-Este; aquellos que se relacionan con la evolución y los efectos de la globalización; y, finalmente, los vinculados a la estrategia para lidiar con los dos incentivos anteriores, que devienen en la priorización de esquemas bilaterales o multilaterales, según sea el caso.
Las diferentes combinaciones que vienen realizando los gobiernos en torno de estos incentivos demuestran una evidente falta de voluntad política de romper con las dinámicas de egocentrismo, propias de cualquier enfoque cortoplacista. Esto es autodestructivo para cualquier país periférico, aunque altamente rentable para los centros. En ese marco, el vecino suele ser percibido como un competidor o, en el mejor de los casos, un aliado descartable. Este tipo de utilitarismo conlleva imágenes absurdas, aunque de moda en los tiempos que corren. Tal vez una de las más burdas e infantiles de esas imágenes es la que asume que si al vecino le va mal, a nosotros nos irá mejor. Desde esa perspectiva, es incluso mejor si ese «otro» está en manos de un gobierno de diferente tinte ideológico. Esto incluye desde asumir que el muro de Estados Unidos en México podría beneficiar a Brasil, hasta imaginar que la crisis en este último podría representar una oportunidad para ampliar el liderazgo de México o Argentina. Un absurdo que se agrava, además, con la idea de que siempre tiene que existir una suerte de mesías que guíe el destino de la región. Así, la actual coyuntura nos brinda un panorama en el cual el colectivo latinoamericano se va atomizando de una manera que resulta visiblemente conveniente a los grandes poderes. No obstante ello, las tensiones en torno de esta situación –vigentes tanto entre los Estados como en su interior– permiten identificar diferentes interpretaciones, algo de lo que nos ocuparemos a continuación.