As una breve reflexión sobre el fascismo y el nazismo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Fascismo:
Hace ya algunos años se interrogaba Eco acerca de por qué el término "fascista" ha llegado a convertirse en una sinécdoque, en una denominación pars pro toto, polivalente para actitudes totalitarias -y la del PP a menudo lo es- y variopintas. Posiblemente por la misma heterogeneidad del fascismo, por su carácter fuzzy, difuso, impreciso. Porque cualquiera o varias de sus características -pongamos por caso el imperialismo, la liturgia militar o el culto a la tradición- se puede eliminar y seguimos reconociéndolo como fascismo. Porque, a diferencia del nazismo en el cual, por ejemplo, hay un sólo arte y una sola arquitectura, y si estaba Albert Speer no cabía Mies van der Rohe, en el fascismo no sólo no hay quintaesencias sino tan siquiera una sola esencia. Marinetti, Farinacci y Bottai, D"Annunzio o Pound podían convivir en un colage de diferentes ideas artísticas e incluso filosóficas. Pero no nos confundamos con la estética: la tolerancia política fue cosa diferente, a muchos les costó la muerte, la cárcel o el exilio. El poder legislativo se convirtió -¿a que esto ya suena más próximo?- en mera ficción por reflejar sólo una mayoría mecánica e inamovible. Cualquier oposición parlamentaria era primero silenciada como traición a la patria, a los perennes intereses que sólo los providenciales dirigentes encarnan y pueden definir. Por último se la suprime. Respecto al llamado poder judicial nunca ha sido, históricamente, bastión alguno frente a las dictaduras, parlamentarias o no.
Nazismo:
El genocidio de unos 6 millones de judíos realizado por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial es uno de los episodios más sombríos de la historia.
Sin embargo, aún hay personas que lo niegan.
Por eso, el gobierno alemán, desde hace décadas, tiene como prioridad en sus políticas públicas garantizar que la verdad sobre la historia del nazismo no se pierda entre mentiras y rumores diseminados tanto entre adultos como niños.