artículo de opinión sobre procesos educativas
Respuestas a la pregunta
Respuesta Introducción
Las presentes reflexiones parten de la propuesta que Habermas (1987)
realiza para poder diferenciar las acciones correctas moralmente. Sus
aportaciones sobre el proceso de toma de decisiones nos parecen válidas no
solamente para tener criterios relevantes a la hora de juzgar la corrección
moral de las actuaciones en el ámbito universitario, sino también para
optimizar los mismos procesos educativos. Por esta razón, el primer
apartado que expondremos a continuación se dedicará a presentar,
brevemente, cómo entendemos que se pueden aplicar los principios de la
acción comunicativa a la situación educativa universitaria.
El resto del trabajo revisará, desde esta perspectiva, los principales
elementos constitutivos de los procesos educativos universitarios. Así,
planteamos la idoneidad de la participación comunicativa a la hora de
establecer el clima educativo, de seleccionar los objetivos y contenidos y de
diseñar y desarrollar los procedimientos metodológicos y evaluadores.
1 Acciones comunicativas en la situación educativa
universitaria
La teoría de la acción comunicativa (Habermas, 1987) describe dos
conceptos siempre presentes en la vida humana: la racionalidad instrumental
y la comunicativa. La primera tiene por objetivo el dominio de la realidad por
parte de los seres humanos para garantizar la autoconservación del individuo
o la sociedad. Según ella, importa el beneficio individual o social, para lo que
se deben aplicar los medios adecuados a los fines particulares,
estableciéndose relaciones sujeto/objeto. En cambio, la racionalidad
comunicativa posee connotaciones que en última instancia se remontan a la
experiencia central de la capacidad de aunar sin coacciones y de generar
consenso que tiene un habla argumentativa en que diversos participantes
superan la subjetividad inicial de sus respectivos puntos de vista y merced a
una comunidad de convicciones racionalmente motivada se aseguran a la vez