Arsenales para el medio mantenimiento de la guerra
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Durante el largo período de guerra fría que se extiende entre los ahos 1945 y 1991 y
que, según Raymond Aron, estuvo caracterizado por la tensión extrema entre los dos
sistemas globales representados por las consideradas superpotencias, las armas nucleares han tenido un papel de protagonistas indiscutibles.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial surgieron dos de los elementos definitorios del
mundo durante las siguientes décadas. Primero, la realidad que suponía la existencia de
dos Estados de proyección, intereses y capacidades universales enfrentados entre sí,
de manera solapada y sin llegar a un choque directo y, segundo, la aparición del armamento nuclear vinculado inicialmente a los dos grandes poderes. Ambos fenómenos, la
presencia de un arsenal atómico y la categoría de superpotencia, permanecían en intima
y, hasta ahora, indisoluble relación. La estrategia nuclear y las armas nucleares han estado durante los años de la guerra fría especialmente en las primeras décadas determinadas por ambas superpotencias, descansando la última ratio de su empleo en la disuasión, una estrategia basada en la Destrucción Mutua Asegurada (DMA), es decir, en el
terror que existía a una represalia extremadamente destructiva a cualquier agresión.
La tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética a lo largo de décadas se reflejó en
la elaboración de los principios de la estrategia nuclear, unos conceptos que incluso hoy,
tras haber desaparecido Uno de los protagonistas, todavía permanecen vigentes y que
con sólo su enunciado eran capaces de mostrar el grado de tensión alcanzado. La existencia de «objetivos de contravalor» o «contrafuerza» de conceptos como «primer golpe», etc., revelan una concepción de las armas nucleares propias del período de la estrategia de «represalias masivas». Durante estos años la carrera de armamentos, caracterizada
por un incremento tanto cuantitativo como tecnológico de los arsenales, permitió alcanzar y sobrepasar ampliamente unas capacidades de destrucción muy superiores a las necesarias para acabar con la sociedad civil de las respectivas superpotencias; eran en términos de Robert S. McNamara, el denominado overkill, una de las características de los
arsenales de la época que nos ocupa. Durante este largo período de tensión entre el Este
y el Oeste se atravesaron ora períodos de deshielo y distensión, ora de frialdad y tirantez
que, en algunos casos como los de Cuba y Berlín, llegaron a ser extremos, mientras que
las armas nucleares se convertían en instrumentos indispensables de la política de ambos gigantes ya que, en esta anómala situación de guerra fría, era esencial contar con
elementos capaces de materializar la amenaza implícita en la disuación nuclear y hacer
verosimil la hipotktica represalia, al tiempo que garantizar la defensa del propio territorio.
Como intuyó Raymond Aron, las fuerzas nucleares eran instrumentos destinados a no
ser utilizados siempre que sus poseedores se encontraran dentro del juego de la disua-
Explicación: