Castellano, pregunta formulada por ortegavalentina74, hace 2 meses

argumento de PLATON. la republica.libro2 (el anillo de giges)​

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Contestado por jaimetipula60
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Respuesta:

(Después de que Traxímaco, un sofista, defendiera que es mejor ser injustos que justos, y después de que

Sócrates echase por tierra esta idea con hábiles argumentos, Glaucón, un hermano de Platón, que no se queda del

todo satisfecho, le plantea a Sócrates el siguiente “experimento mental”. El objetivo de Glaucón no es defender la

injusticia y ponerse del lado de Traxímaco, sino ayudar a Sócrates a profundizar en su argumentación en defensa de

la justicia.)

Y para probarte aún más que abrazamos la justicia sólo con pesar y en la impotencia de violarla, hagamos una

suposición. Demos a todos, justos e injustos, un poder igual para hacer todo lo que quieran; sigámosles y veamos a

dónde conduce la pasión a cada uno. No tardaremos en sorprender al hombre justo siguiendo los pasos del injusto,

arrastrado, como él, por el deseo de adquirir sin cesar más y más, y este es un deseo que todo ser humano aspira a

cumplir como una cosa buena en sí, pero que la ley reprime y limita por fuerza, por respeto a la igualdad. En cuanto

al poder de hacerlo todo, yo les concedo que sea tan extenso como el que se cuenta de uno de los antepasados del

lidio Giges.

Dicen que era un pastor del rey de Lidia. Después de una borrasca seguida de violentas sacudidas, la tierra se abrió en

el paraje mismo donde pacían sus ganados. Lleno de asombro, bajó por aquella hendidura y, entre otras cosas

sorprendentes que se cuentan, vio un caballo de bronce, en cuyo vientre había abiertas unas pequeñas puertas.

Asomó la cabeza para ver lo que había en las entrañas de este animal y se encontró con un cadáver de talla

aparentemente superior a la humana. Este cadáver estaba desnudo y sólo tenía un anillo de oro en un dedo. Giges lo

cogió y se marchó del lugar.

Posteriormente, acudió a la reunión de pastores que se producía cada mes para dar razón al rey del estado de su

ganado. Giges fue a esta asamblea llevando en el dedo su anillo, y se sentó entre los pastores. Sucedió que, por

casualidad, volvió la piedra preciosa de la sortija hacia el lado interior de la mano. En ese momento, Giges se hizo

invisible, de suerte que se habló de él como si estuviera ausente. Sorprendido de este prodigio, volvió la piedra hacia

afuera y se hizo visible en el acto. Quiso asegurarse repitiendo la experiencia, y otra vez ocurrió lo mismo: al volver

hacia dentro el engaste, se hacía invisible; cuando ponía la piedra por el lado de afuera, se volvía visible de nuevo.

Seguro de su descubrimiento, se hizo incluir entre los pastores que habían de ir a dar cuenta al rey. Llegó a palacio,

sedujo a la reina y, con su ayuda, se deshizo del rey y se apoderó del trono.

Ahora bien, si existiesen dos anillos como este, y se diese uno a un hombre justo y otro a uno injusto, es opinión

común que no se encontraría probablemente un hombre de un carácter bastante firme para mantenerse en la justicia

y abstenerse de tocar los bienes ajenos, cuando impunemente podría robar de la plaza pública todo lo que quisiera,

entrar en las casas, abusar de todas las personas, matar a unos, liberar de las cadenas a otros y hacer todo lo que

quisiera con un poder igual al de los dioses en medio de los mortales. En nada diferirían, pues, las conductas del uno y

del otro: ambos tenderían al mismo fin, y nada probaría mejor que ninguno es justo por voluntad, sino por necesidad,

y que el serlo no es un bien para él personalmente, puesto que el hombre se hace injusto tan pronto como cree

poderlo ser sin temor. Y así los partidarios de la injusticia concluirán de aquí que todo hombre cree en el fondo de su

alma, y con razón, que es más ventajosa que la justicia; de suerte que, si alguno, habiendo recibido un poder

semejante, no quisiese hacer daño a nadie, ni tocara los bienes de otro, se le miraría como el más miserable y el más

insensato de todos los hombres. Sin embargo, todos harían en público el elogio de su virtud, pero con intención de

engañarse mutuamente y por el temor de experimentar ellos mismos alguna injusticia. Esto es lo que quería decir.

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