argumento de don quijote de la mancha
Respuestas a la pregunta
En Don Quijote de la Mancha se narra la historia de un hidalgo maduro que, por la excesiva lectura de libros de caballería, se vuelve loco y concibe la idea de hacerse caballero andante y así recrear la antigua caballería. Pertrechado de armas y caballo, "Rocinante", y, desde la segunda salida acompañado por un paisano llamado Sancho Panza, que le sirve de escudero, corre mil aventuras de las que generalmente sale malparado. La tercera vez que vuelve, vencido por el Caballero de la Blanca Luna, es ya para morir. En la primera parte se entrecruzan con la línea argumental novelas cortas de diferentes tipos.
En un lugar de la Mancha vive modestamente un hidalgo de cincuenta años, “seco en carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza” que dio en leer de día y de noche todos los libros de caballería que circulaban en ese tiempo, hasta que quedó sin juicio. “Vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, creyéndole conveniente para aumentar la honra y servir a la República hacerse caballero andante e irse, por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar aventuras”. Sale, pues, ataviado con la armadura que perteneció a uno de sus antepasados, contrata luego a un campesino como escudero, su fiel acompañante Sancho Panza; da a su caballo flaco y escuálido el nombre de Rocinante, y adquiere para sí el de don Quijote de la Mancha. Piensa que como buen caballero andante, debe tener una dama en sus pensamientos y elige a una campesina del Toboso a quien da el nombre literario de Dulcinea del Toboso.
Después de una dilatada serie de aventuras descrita con maravillosos realismo, empapada de sustancia filosófica y en la que nunca desmiente la glorioso potencia idealista de don Quijote, su valor , su hidalguía, su fe de caballero enamorado, su espíritu de justicia en contraste con otros personajes (el ama, el cura, el barbero, el bachiller), el último de los caballeros andantes vuelve a su casona de la Mancha, cae enfermo, recobra su “sano juicio”, reniega de los libros de caballería, recibe los últimos sacramentos, hace su testamento y muere.