Aportes culturales de los waraos
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constituida por diferentes tribus, entre las que podemos mencionar: Los Aramayas, Arawak, Caribes, Pariagotos, Panacayos, todas estas tribus se ubicaban en lo que hoy conocemos como el Alto Delta y la tribu de los Tiuitiuas o tiguitiques, los Mariusas y Waraos habitaban la parte deltaica propiamente dicha. Actualmente todas las etnias han desaparecido a excepción de los Waraos.
Ha sido difícil determinar la fecha en que estas tribus se establecieron por primera vez en lo que actualmente se conoce como Estado Delta Amacuro. No obstante, se asegura que la antigüedad del Warao en el Delta se remonta aproximadamente a 17.000 años antes de Cristo. Ello se establece, a partir de estudios que se han realizado en algunas piezas de cerámica que se encontraron en el caserío La Horqueta, las cuales se considera fueron elaboradas por los indígenas.
Todo esto hace suponer que esta raza humana es de las más antiguas del Delta y de Venezuela, desde donde se desplazaron a diferentes islas del mar Caribe. El término Warao traducido al castellano significa: Gente de las embarcaciones.
Actualmente la población indígena de los Waraos es de aproximadamente 25.000, distribuida en los cuatro Municipios que conforman el Estado Delta Amacuro y en mayor proporción hacia las zonas adyacentes a las desembocaduras de los caños..
Usos y Costumbres: Originalmente los Waraos, lo mismo que otros indígenas, llevaban una vida nómada, la cual han venido sustituyendo por la sedentarización o afincamiento en determinados lugares, pero aún así, en algunas épocas del año se trasladan a otros sitios dejando las rancherías completamente deshabitadas.
Sus viviendas siguen siendo en su gran mayoría el típico habitat de sus antepasados,, aunque con algunas modificaciones que obviamente dejan notar la influencia de la transculturización. Las casas se ubican generalmente paralelas al río, con el techo de dos aguas cubiertos con la palma de temiche, y construidos sobre palafitos, de manera tal que el piso de manaca quede siempre por encima de la marea más alta.

Las actividades de subsistencia tradicional de los Waraos fueron la pesca, la caza la recolección de frutos silvestres. Sin duda, La cultura de estos indígenas continúa vinculada a la planta del moriche que les proporciona alimento, bebida, casa, ornamentos y un abrigo para dormir como es el chinchorro. Actualmente, muchos de ellos se desempeñan como obreros rurales por un salario y prestan sus servicios en fundos agrícolas, aserraderos, fabricas de manufacturas del palmito entre otros, pero sin olvidar la caza y la pesca.
Los waraos duermen en chinchorros, elaborados por las mujeres mediante un laborioso proceso de la fibra de un árbol que se denomina moriche. En el piso hay grandes fogones para cocinar encima de una capa de barro.
Es importante mencionar que una de las pertenencias más importantes del Warao, debido a su medio ambiente acuático, es la canoa de un solo tronco.
No se puede decir que el matrimonio Warao carezca de formalidad porque no exista una ceremonia para tales casos, No hay un noviazgo previo. La mujer acostumbra a "escaparse" con la pareja elegida bajo las sombras de la noche. Los Waraos no son promiscuos por naturaleza. Normalmente hacen vida marital solamente con la pareja que han tomado como esposa y usualmente lo hacen muy jóvenes, especialmente la mujer que en la mayoría de los casos contrae matrimonio en su etapa de pubertad.
En lo que a vestido se refiere, en la mayoría de las comunidades indígenas ha desaparecido el guayuco de la época prehispánica, sustituyéndolo por ropas propias de cada sexo. Muchas de las mujeres conservan siempre sus adornos formado por collares de gran tamaño, con los que se dan varias vueltas en el cuello.
Entre los Waraos la muerte es considerada en dos aspectos: como un hecho natural (si se produce después de una larga existencia) o como la intervención de espíritus que hacen daño a las personas.

Anteriormente, una vez colocado el cadáver dentro de la urna, ésta se llevaba a un lugar fuera del poblado, o dejada en la misma casa del muerto sobre estacas a un metro de altura. En este último caso la vivienda era abandonada totalmente. Actualmente, ellos han adoptado las mismas costumbres del resto de los venezolanos.