Aportciones de las ciencias naturales y sociales an cualquier area de conocimiento
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Respuesta:
El problema planteado no supone en modo alguno que se reconozca a las ciencias un ámbito propio, ni tampoco que se las defina con caracteres específicos. ¿Merecen las ciencias sociales un puesto aparte, entre las humanidades, por un lado, y las ciencias naturales, por otro lado? ¿Ofrecen una verdadera originalidad, aparte del hecho de no ser más sociales que las demás ciencias y de ser mucho menos científicas, como han ironizado algunos?
Incluso en los Estados Unidos –un país donde parecía estar sólidamente establecida desde medio siglo atrás la división tripartita entre ciencias humanas, sociales y naturales– se está presenciando la aparición de nuevas categorías. Por ejemplo, las “behavioral sciences”, que agrupan los tres órdenes de ciencias en la medida en que tienen por objeto directo al hombre. Ahora bien, la mejor traducción de “behavioral sciences” sería “ciencias de la conducta humana”, o sea que así volvemos a la distinción bipartita, clásica en Europa desde el Renacimiento: las ciencias naturales que tratan del mundo objetivo, por un lado, y las humanidades que se ocupan del hombre y del mundo en relación con éste, por otro lado.
Estos problemas metodológicos son de una importancia inmediata para la cuestión debatida: si se debe considerar a las ciencias sociales como ciencias aparte, su aporte a la humanización de la civilización no resulta evidente en modo alguno y necesita, por lo tanto, ser demostrada. En cambio, si las ciencias sociales no son distintas de los trabajos de investigación tradicionalmente efectuados en nombre de las ciencias humanas, si entran en el ámbito de las humanidades, ni que decir tiene que entonces toda reflexión sobre el hombre es “humanizante” por el solo hecho de ser “humana”. Según que se tenga una u otra concepción de las ciencias sociales, su contribución al progreso nos parecerá también diferente. En la primera hipótesis, esa contribución se concebirá con arreglo al modelo de la contribución del ingeniero, esto es: estudio de un problema, determinación de las dificultades para resolverlo y elaboración de una solución con la ayuda de técnicas adecuadas. En este contexto, el orden social se contempla como un objetivo dado que sólo se trata de mejorar. En cambio, en el segundo caso se hace hincapié en la toma de conciencia: el solo hecho de estimar que un orden es malo o imperfecto lo humaniza, habida cuenta de que el surgimiento de una crítica es, de por sí, un cambio.
Cabe preguntarse cuál es la característica común de los trabajos de investigación que se agrupan bajo el nombre de ciencias sociales. Todas estas ciencias guardan relación con la sociedad y la mejora del conocimiento de ésta, aunque por razones diferentes. Unas veces se trata de problemas con características tan peculiares que optamos por aislarlos de los demás para poder resolverlos mejor: así ocurre con el derecho, la ciencia política y la ciencia económica. Otras veces nos proponemos estudiar fenómenos comunes a todas las formas de la vida social, pero tratando de analizarlos a un nivel más profundo: este es el ambicioso propósito que comparten la sociología y la psicología social. Otras veces, por último, queremos integrar en el conocimiento del hombre formas de actividad que son “muy distantes” en el tiempo o en el espacio, y los trabajos de investigación a este respecto entran en el ámbito de la historia y la etnología. En suma, peculiaridad, profundidad y distancia: he aquí tres formas de resistencia de los hechos sociales que las correspondientes disciplinas tratan de vencer paralelamente, pero con medios diferentes.
Esas tres formas tienen un fundamento distinto: es un hecho real que varios siglos nos separan de la Edad Media y varios miles de kilómetros de las sociedades melanesias; en cambio, es una convención considerar que el aislamiento de los sistemas políticos o económicos con respecto a los demás es suficiente para justificar la existencia de disciplinas separadas. Se ha llegado a sostener legítimamente que este descuartizamiento arbitrario de los fenómenos sociales desemboca en la deshumanización de diversas maneras.
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